Uno es feliz en pocos lugares, sitios
escogidos donde uno disfruta de la Vida, así, con mayúsculas, donde
uno se siente siempre bien recibido, donde todo lo bueno fluye...este
fin de semana cierra uno de esos sitios, uno donde he sido feliz, de
muchas maneras y modos, pero siempre feliz. Con el cierre del Páramo
acaba una época, una época de rock y poesía, termina la poesía y
el rock. He tocado en su escenario con los Da notte, he presentado
dos de mis libros, el que saqué con Nacho y el que vino a presentar
Enrique Kb: y tocaron Mister Hyde, Alex Estige, EdSullivan...Luis y
Pablo, claro. En el Páramo me he enamorado, me he curado las
heridas, he bebido bourbon como si se fuera acabar al día siguiente,
he celebrado, he celebrado muchas cosas, porque íbamos allí a
pasarlo bien, tranquilos, felices. He puesto discos en fiestas y
noches casuales, he esperado la llegada de Lapido, he escuchado a
Jaime Lapeña cómo grabó los violines de Ya me voy de Mas
Birras.Guardé un pedacito del Páramo en Todos los vampiros quieren
ser estrellas del rock, justo cuando Luis terminaba de cantar un tema
precioso. He visto cantar I walk the line a Jose Lapuente con la
fuerza de un mesías de botas llenas de polvo, The Medicine Show
Revue se llamaban, luego La Virgen del Pantano, el primer día que
escuché Aeroplano Africano en la voz de Chiqui, El Hombre Lento.
Vimos a John Giorno hacer spoken con la única ayuda de una botella
de vino. Y la foto de Guillermo Martín abrazando a José Javier que
presidía la mesa del pinchadiscos, una mesa con solera, con madera
mentirosa, como en un salón del Oeste. Me acuerdo de los Fiesta
Rumba Party, del concierto del décimo aniversario de Nubosidad
Variable...¿Os he contado lo de John Giorno, el lunes 27 de octubre
del año 2010? también un recital genial de Javier Calvo,
absolutamente alucinante, o cuando presentaron De parte de marte de
José Luis Esteban, con Jaime Ocaña de maestro de ceremonias y el
Hombre Lento sacando la cuchilla... Y luego las liadas, las
intoxiaciones, los críticos musicales derramando el material, José
Javier Gracia contándome que había visto tocar a John Fogerty en
uno de sus viajes por Estados Unidos.
José Javier y Carlos han sido el
sostén de la noche en Zaragoza, han sabido divertirse y hacernos
pasar buenos ratos, han convertido el Páramo
hace unas semanas escribí esto,
hablando del último disco de Lapido: Este nuevo disco de Lapido
es como una copa en un garito de confianza, es como tomarse un
bourbon en el Páramo: sabes que el hielo estará a la temperatura
correcta y la música que sonará cuando le eches el primer trago
será la adecuada.
Habrá que cambiar
las metáforas.