miércoles, 25 de julio de 2012

Menos lobos

Uno no sabe si el verano nos ha incendiado la vida o tenemos helada la moral. Una dualidad impropia para el estío español, sin esperanzas en el Tour de Francia y con el narcótico futbolístico a punto de evaporarse, parece que solo nos queda la sombra amenazante del Gobierno. El Rey y el Príncipe se bajan los sueldos...¿tenemos que aplaudir? Mariano Rajoy balbucea que no es culpa suya, que Alemania no nos cambia telarañas por euros recién impresos y yo, que temo la llegada de septiembre como una estación en la que no estoy muy seguro de si para o no mi tren, esperaba un poco más, la verdad: claro que los últimos gobiernos socialistas han sido un circo inmoral de despilfarro, falsedad y conveniencia...pero señores, la población esperaba mucho más de ustedes, no solo quejas y hombros encogidos. Macroeconomía para torpes: si esto es un país capitalista y no hay consumo la única salida es la que pone “esquilmados”. Para más torpes: ¿Por qué hay dinero para la banca española y no hay crédito para revitalizar la producción? ¿Por qué en este país está pactado el precio de todo? Repetimos y hasta “tripitimos” -adaptación libre del inglés, ya me disculparán- las administraciones públicas y ustedes, la misma derecha acobardada de siempre, se amedrentan frente a los gobiernos autonómicos y mantienen esta economía de taifas y visires, lastre máximo de este país acomplejado. Los revolucionarios de salón “tuitean” con el caparazón de la banda ancha eslóganes de apoyo a los mineros, el pequeño empresario reutiliza los márgenes de las facturas impagadas buscando aprovechar el papel al máximo y los que solo queremos trabajar, tener un hijo, ser felices con moderación nos preguntamos ¿Qué hemos hecho mal? Porque yo, se lo prometo, repaso y repaso esta última década de mi vida y lo único que encuentro es prudencia, trabajo y esfuerzo. Así que, por favor, menos exigencias. Columna aparecida el 20 de julio de 2012 en el Heraldo de Aragón