sábado, 25 de octubre de 2014

Abós

No siempre duele la muerte de un mito, no importará la caída de un necio, de un mentiroso, de un falso. Tierra de arena, carne y júbilo de extrarradio. Un adolescente camina junto a su padre hacia el Príncipe Felipe y vuelve con él, los dos más viejos, quince años más tarde con la misma ilusión y mejores historias para contar. El recuerdo tiene nombre de bancos y de jugadores negros como el carbón que se disfrazaban de Rey Baltasar en la Cabalgata de Reyes. El recuerdo, entranador, coach  Abós, tiene el nombre de la tristeza, de Rafa Martínez Sansegundo, de Mel Turpin, de Kevin Magee...el recuerdo y el honor, maestro, se esconde entre mis viejas Gigantes del Basket, mil veces leídas, apartando el polvo de los noventa: Abós entre los aburridos esquemas de Pesquera, junto a los guerrilleros de Julbe (y aquellos geniales hermanos Angulo), en la instantánea perdida de las huestes jóvenes de la cantera tantas veces campeones. Allí, Abos, serio el gesto, volcán de baloncesto, erudito en Wake Forest tras el fantasma de Tim Duncan. En esta sociedad de mercachifles y diplomados de la desvergüenza, de arribistas sin mérito, José Luis Abós llevó al balocesto de su ciudad hasta la gloria efírmera de la ovación y las risas, con un bagaje y un aprendizaje fundamentado. Abós era baloncesto. Y a mí Abós me devolvió la ilusión por el baloncesto, la pasión de la ciudad. No hacen falta demasiadas victorias...ver el partido junto a mi padre, tres lustros más tarde, saludar a Paco, preguntar a Carmen y Víctor por Candela, darle un abrazo a Nacho o compartir alegrías con Sergio y Amaya. Poco más. Escribo a mi amigo el escritor Rodolfo Notivol, que le gusta el basket con locura. Hablamos de Félix Romeo y de uno de los cuentos de Sherman Alexie, "Saint Junior" en el que sale esta frase: "Él creía en la libertad de expresión, en su mujer y el baloncesto". No hay una táctica para jugarle a la vida y la mayor parte del tiempo nos conformamos con bloqueo y continuación. Cuánta tristeza. 


Columna aparecida el 23 de octubre del 2014 en el Heraldo de Aragón

sábado, 18 de octubre de 2014

Apuntes sobre Morrissey una tarde de sábado

 
 
En Música, Política y Deseo la parte de las memorias mezcladas de los aficionados a The Smiths, sus recuerdos vitales enganchados a ciertas canciones...son bellas. La parte política, sobre todo desde los Muguruza o Vegas...me resulta un poco ridícula...pero es que estos personajes amenazan siempre con eso... Creo que la trascendencia política de The Smiths en los ochenta y Morrissey en la actualidad suele generar confusión y aunque lo mejor siempre es quedarse con las canciones....no está mal que se hable de ello alguna vez...sobre todo porque no se puede, pienso , hacer un traslado político de la Inglaterra de los ochenta a la España de los ochenta y menos a la de ahora. Los Smiths eran working class heros, sí...pero su perspectiva antimonárquica estaba anclada también en un nacionalismo británico a ultranza...contradicción evidente si tratamos de hacer una traslación absoluta... y pensar en ahora y en las proclamas de la banda como "Esa luz nunca se apagará" en forma de reivindicación contra los recortes de la luz es como hablar de la primera aparición de John Constantine en la Cosa del Pantano como un indicio de ecologismo militante por parte de Alan Moore. Y lo del recorte en la luz lo he leído...


Además Morrissey estuvo de gira por aquí, noches en Barcelona y Madrid...Julio Ruiz de Plásticos y Decibelios se volvió loco y la agresión desde su web casi asusta...en la puerta de Madrid repartían panfletos del partido animalista y el repertorio fue, como casi siempre, desigual...la anécdota de gente subiendo al escenario en un arranque de pasión casi mesiánica descubre que el público español no tiene ni puta idea de tradición...Gracioso el guiño inicial, al comenzar el concierto con The Queen is Dead...aunque me temo que no sabe que nuestra reina (y uso la expresión nuestra de una manera puramente burocrática) es más fan suya que cualquier miembro de las monarquías europeas...

Yo tuve la suerte de ver a Morrissey en Paredes de Coura hace algunos años, antes de morir Lux Interior, y fue un gran concierto...había vuelto a introducir temas de The Smiths en el repertorio...pero seguía pecando de lo mismo: no tocaba grandes temas de su discografía en solitario...cuando un Viva Hate o un Bona Drag son grandísimos discos y al final, aunque la belleza de The Smiths y sus canciones se han quedado clavadas en nosotros... ya ha tenido semejante carrera en solitario...que a veces deberíamos centrarnos en ella, porque hay discos...no sé, por ejemplo, Southpaw Grammar, que es escalofriantemente bello...

Que Morrissey ha permitido que su leyenda se difumine...la idea de un Morrissey embravecido por su pasión por los jóvenes chicanos de LA (aquellos de First in the gang to die) y atiborrado a calmantes y emparedados de plátano frito pero en vez de eso Peleas con la discográfica y discos mediocres (aunque cualquier disco de Morrissey es un disco bueno...los violines y las canciones, la voz, todo...), obsesión con lo vegetariano y desplantes propios de un Elton John totalmente pasado de vueltas

En el año 2001 todos estábamos fascinados por los amanuenses de tecno pop y guitarras que venían de Argentina...yo hacía fanzines y los presentábamos en el primer Fantasma de los Ojos Azules....Sergio Vinadé y Andrés Perruca nos cedían tres horas de la tarde de algún jueves para poner nuestras canciones. Y yo siempre ponía Morrissey de Leo García.