El nuevo disco de Sex Museum es una volcánica descarga en forma de lava eléctrica, once temas marca de la casa, donde las guitarras punzantes y los órganos conviven en un sugerente magma de clasicismo, de ese que alimenta el espíritu, densifica las noches y da porte al negocio. Aunque el comienzo casi pop oscuro en la línea vocal de Peter Murphy de I´m falling dow puede engañar, cortes como Seven days son una muestra de que el salvajismo bien entendido se mantiene con los años, duros y directos, como un chupito de Cuatro Rosas, cortante como una navaja afilada por el acorde adecuado. No encontraremos la tierra prometida pero la seguiremos buscando cada noche de todas vuestras noches. Save your soul, pandereta y órgano, estoy aquí porque hace un segundo estaba en otro lugar, el resultado final es que no puedo parar de moverme, me da miedo que alguien se lleve lo que tengo dentro de la cabeza. Keep Running tiene un toque más épico, más contenido, un medio tiempo que respira el mercurio que como esporas infinitas sigue desprendiendo The Band en nuestras entrañas. Can you stand my love es anfetamínico y disonante, una espera constante que nunca encuentra satisfacción. Go, go Rocker es beat en estado puro, con un jugoso juego de voces, que navegan sobre los psicóticos arreglos del hammond para hablar del pasado con el gusto de los que siguen teniendo buenas ideas. El cierre parece una versión de un tema que suena en la radio de una nave recién llegada de Plutón, como si el disco no se fuera a terminar nunca, Go Around es ácido, es potasa fermentada en pleno corazón de Malasaña. Son Sex Museum, no engañan, lo que oyes es lo que tendrás.
Sex Museum estarán tocando el próximo sábado 22 de octubre en la Casa del Loco de Zaragoza