viernes, 22 de junio de 2012

Perico

Rebusco entre las noticias deportivas, apartando la embrutecedora morralla de la eurocopa, para descubrir que este año Perico Delgado no comentará el Tour de Francia por falta de presupuesto. ¿Qué importará, preguntarán ustedes? A mí me importa, primero, porque escuchar a Perico a la hora de la siesta en el julio de Salou, viendo la ronda francesa junto a mi padre, es uno de esos escasos momentos de felicidad absoluta y, segundo, porque la ausencia de Perico es una consecuencia de los años de falsa bonanza y gobiernos socialistas repartiendo de manera aleatoria dádivas propias de un país escandinavo: pan blanco, blanquísimo, para todos y el que tuviera el estómago lleno, un poco más. Cheques bebé, libros gratis..., la televisión sin publicidad. Porque este es un país capitalista, (y si no les gusta, siempre existen otras opciones, ahora que la defensa de lo público empieza a frisar la estatalización de los recursos. ¿Soy un recurso? ¿Nacionalizar la banca? ¿Y qué nación utilizamos?, aquí en España tenemos muchas). Como no hay fondos los contratos se marchan a las cadenas privadas... y ¿por qué no hay fondos?: porque no hay publicidad y no está el horno como para comprar derechos (también nos podríamos montar una cadena privada gubernamental, pero desde el declive de "las pares" nadie se atreve otra vez a jugar con eso), todo el mundo a hacer zapping. Protestas de los mineros, marea verde de profesores, voceando en las puertas del cielo, nadie hará caso, todos miran hacia otro lado, demasiado preocupados por llegar a final de mes. Asumámoslo, el mundo piensa que los mineros cobran demasiado y su trabajo no vale nada sin las subvenciones y los profesores llevan treinta años educando a generaciones que pensaban que "El dinero público no es de nadie" o y los empresarios cuernos y rabo, así que, qué podemos esperar. Yo se lo diré, que nos eliminen en cuartos

Columna aparecida en el Heraldo de Aragón del jueves 21 de junio
gracias a Enrique Cebrián.