jueves, 6 de agosto de 2009

Sólo un poco de ánimo


Están siendo días raros... a pesar del periodo de vacaciones, la agenda se multiplica y entre medio el calor es un asesino silencioso, de los que van lamiendo y lamiendo hasta que sólo te dejan agotado. Después de cuatro intensos días de reubicación y salidas nocturnas (jueves Motavation, viernes Pelvet´s birthday, sábado pinchadica en el Mar de Dios y domingo Remolinos-El Imperdible), estos tres últimos días han sido una mezcla de situaciones muy amargas -cansancio emocional, decepciones gordas por parte de gente querida y un bombardeo constante a la línea de flotación de eso que te hace seguir moviéndote: la ilusión- y cosas chulas- la gente de Remolinos (Toño, David, Nacho y Guillermo), la confirmación de nuestra presencia en La Noche Sin Techo 2009 (impagable la nocturnidad del martes con Marian y Ana), la divertidísima entrevista con Olivier Villain hoy en Radio Ebro, un sms de Jorge Morgan que me ha levantado la mañana, los intercambios trash con Jessica, el vermut, la comida, la sobremesa con Domador y los planes de futuro... estoy cansadico, pero tampoco sé cómo descansar, la verdad. Tengo la cabeza en otro sitio, con vaivenes de actividad y velocidades. Nunca sabe uno por dónde saldrá el sol. O la luna, luna llena anoche.


ORN, se acaba el mundo, empieza Tunguska experience.


A veces uno sólo quiere un poco de ánimo, la verdad.

Asociación de ideas


Existe la mala costumbre entre la clase política española —y, por continuidad, en la aragonesa— de asumir que la única referencia moral para sus acciones es la legalidad vigente. Eso nos lleva a presenciar espectáculos demenciales como el recibimiento a la alcaldesa de La Muela, muy ufana ella, trufados de petardos y panderetas —no me pregunten por qué, pero en una rápida asociación de ideas, me vienen a la cabeza la imagen de Carmina Ordóñez limpiándose los pies con cocacola en el Rocío y luego, mucho más evidente, el inmortal ‘como alcalde vuestro que soy os debo una explicación’ pero, claro, sin rastro de ninguna justificación. Buceando en internet encuentro una foto de María Victoria Pinilla brindando con Bermejo —el ministro que frisaba la checa ideológica hasta que su voracidad por la caza, afición del proletario donde la haya, lo llevó a la dimisión forzada—, y de allí salto a Aznar pasado de copas, exigiendo su derecho a consumirse en el ajenjo sin preocupaciones. Pero no me quiero meter demasiado con José María, que he visto unas fotos suyas marcando abdominales que asustan, qué exceso de forma física… ¿sufrirá Aznar vigorexia? La acción miserable de la semana se la lleva el lacayo de Corbacho, amenazando al periodista preguntón —aunque resulte un sano y sorprendente ejercicio de libertad mediática el que lo hayan emitido por televisión. La televisión pública—, y entonces un destello de la memoria me retrotrae a la familia Guerra, sobre todo al Antonio —verdadero icono de la contracultura de los noventa por obra y gracia de Alfonso Arús— y su ‘te vas a comer las patillas’ cuando le interrogaban acerca de las andanzas de su hermano Juan, el de los ‘cafelillos’. Y de las patillas a ‘El Bigotes’ y Camps, claro, anulada la causa por la gracia del Tribunal y aquí todos tan anchos, como si nunca pasara nada. Será porque es agosto…


Columna aparecida en el Heraldo de Aragón del 5 de Agosto