De bastante notable se puede calificar la actuación de Mister Hyde el pasado viernes en La Casa del Loco. Abriendo (como les hemos podido ver en otras ocasiones: The Raveonettes, Draytones o hace unos pocos días para la banda mexicana Zoe) y con un breve pero intenso set, aprovechado hasta la última gota para el destilar del pop de guitarras que frecuentan los autores de Fantasmas, precisamente la canción que da título a su última demo. Sin miedo a reventar al auditorio a base de una especial alquimia que mezcla pinceladas de electrónica sintética, punk rave de herencia anglosajona y una pizca de la épica de los ochenta, perfecta para manejarse en las procelosas aguas de los escenarios. Temas nuevos como el hit directo Romper a bailar, que en directo alcanza una nueva dimensión lírica que costaba apreciar en su enlatado de estudio, o clásicos del repertorio como la emotiva El silencio entre nosotros, dieron una buena medida de la capacidad de una banda que ofrece ganas a base de puñados de carisma. Para cerrar el concierto, dos píldoras de digestión directa: He cometido un error y Laberintos en la tierra. Como una americana bien cortada y una sección rítmica consistente, marcando la diferencia cualitativa entre lo que viene y lo que es mejor olvidar. Seguimos a la escucha.
lunes, 24 de mayo de 2010
Las elucubraciones
O Zapatero es un tonto del bote —con perdón, que en la campaña de recogida de fondos las injurias van a ser un foco de ingresos para el estado, hasta el otro día en la bacanal de la victoria del Barcelona los cachorros se abstuvieron de la habitual quema de banderas— o es muy listo. Una jugada arriesgada que lo puede encumbrar al olimpo de los grandes estadistas o hundirlo definitivamente. Castillos en el aire para un país descorazonado. ¿Por qué no pactó con Rajoy esta decisión en la última visita del líder de la oposición a la Moncloa? El presidente de los populares no se podía negar a un acuerdo de este tipo después de bramar sobre los desmadres de la deuda pública. Para los liberales, el trasvase constante del tejido económico privado al control estatal es sinónimo del final del modelo capitalista. Creo que sale en los manuales. Aunque si no es una señal del Apocalipsis que a Paco González lo hayan despedido del Carrusel Deportivo, yo dejo de escuchar a Iker Jiménez—al final te pasas el día con la oreja pegada a la SER, Octavio, te crees que no lo sabemos. Tanto Federico y mira. Mi amigo el fotógrafo Gustaff Choos se quejaba del lapidamiento a Manolo Lama en el facebook después de ver cómo se ensañaba con el indigente alemán. Atención a mi frase parda y manida: “Yo creo que todo es una cortina de humo”. Carnaza, pan y circo en la era postmoderna. Elucubraciones, sí señor, cómo entra la armónica, a este paso me olvido de Dylan y me quedo con Antoine. Lo del Babel de lujo del Senado con la visita de Montilla lo dejo para otro momento, que noto cómo mis cromos pop pierden fulgor en la noche zaragozana. Yo, mientras tanto y por si acaso, como dice mi madre, sigo preparando oposiciones.
Columna aparecida en el Heraldo de Aragón de 20 de Mayo 2010
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