viernes, 15 de octubre de 2010

Crítica del primer EP de Dadá: Rockandroll Kabaret

Dadá es una banda de rock. Punto. Amasada a base de la zombificación funk de la escuela ácida de George Clinton, el glam de rímel y liguero, del salvajismo purista del pantano que desvía su mirada a Chuck Berry, Little Richard o Fats Domino (evitando al Rey, por una sola vez y sin que sirva de precedente), teatro ochentero y mucha actitud. Son una de las mejores bandas en directo de Aragón, imposible de encasillar en géneros ni ramificaciones, sólo buscan hacerte pasar un buen rato, ya sea moviendo el esqueleto (si no eres un cadáver, pero si no también tienen melodías para ti, muerto viviente) o haciéndote sonreír frente a la máquina (a veces es la única defensa). Su primer EP, autoproducido, con la colaboración de César de The Dust Bowl, son cinco clásicos de sus directos, comenzando con la lubricidad del Doctor Amor, como un góspel electrificado de unos adictos al buen vivir, y siguiendo con una genial revisión del Hit The Road Jack del maestro Ray Charles, con los coros de las Dadettes insuflando esencia psicobilly, una plegaria casi ansiosa, como si Bambino hubiera tocado con los Cramps. Llegamos a la parte que me gusta, con J. del Teatro Indigesto jugando su papel demoníaco con un ritmo que nos trae a los primeros y mejores Coyotes. Baile Zombie, single y figura. Glamour recuerda en su punto narcótico a las guitarras perezosas de los Stones en los setenta (los mejores Stones, los que escapaban por la calle principal con los dedos pegajosos, tú y yo sabemos de lo que estamos hablando, ¿verdad?) y I Just Wanna Make Love to you tiene el punto de negritud suficiente como para no parecer una parodia de los Kiss si no el cierre perfecto para un disco candidato a lo mejor del año. En plástico y en directo, no se pierdan a los Dadá.

Concierto de Volador en la Carpa del Ternasco de Aragón (Zaragoza 14 de Octubre 2010)

Un escenario bastante coqueto en mitad de la vorágine de las fiestas, media altura, cerca del público, un sonido muy adecuado...no se puede pedir mucho más, sobre todo si la banda resulta tan competente como los Volador. Después de una intensa primera parte de gira nacional, Volador se han tomado un breve descanso y ya están de nuevo en la carretera para recorrer variopintas capitales de provincia y volver a reforzar el círculo de fans en Madrid y Barcelona. Pero el pistoletazo de salida tenía que ser en su ciudad, en Zaragoza. No había visto a Volador desde que incorporaron una nueva sección rítmica a su directo y la verdad es que me sorprendió muy gratamente la entereza que Sergio Rodrigo (bajo) y Miguel Ángel Mercadal (batería) le dan al sonido de Volador: rockero sin atisbo de pesadez y lírico sin empalagar. Ni un momento para medios tiempos ni languidez, una sucesión de temas rodados en directo hasta que no sobresalga ninguna arista: El Día de la Suerte Mundial, Lejos de la tristeza, El año del dragón, Princesa y espina, el Largo Viaje... Draco en la solista y las voces sustentando la melodía y Anazul parapetado tras los teclados son el engarce perfecto para la voz de Antílope, contenido pero resoluto, sobrado de presencia y cuerdas vocales. El final con Vienen y van y la Flor del Mal nos dejó satisfechos (extrañé alguna de esas estupenda versiones que siempre enhebran y dan guinda al repertorio, pero otra vez será...) y a mí un punto orgulloso que una banda de la tierra suene ten empastada y tenga los arrestos de agarrar la furgoneta y mostrarle su electricidad al mundo. Nos vemos a la vuelta del viaje.

La libertad y la calumnia

Soy muy fan de Daniel Gascón, tengo sus libros y hasta sus traducciones (bueno, no todas porque no estoy al día y el muchacho es muy discreto como para andar ametrallándonos a mails promocionales) pero sobre todo me gusta su blog. Esta entrada es espectacular. Aunque sea una traducción.