jueves, 9 de junio de 2011

Escombros de Antonio Pérez Morte (Editorial Origamin, 2011)


Leo Escombros de Antonio Pérez Morte y leo a un poeta que maneja las palabras con la sencillez de los años, un poeta de la generación penúltima, un enfant terrible que se abrió paso a dentelladas en los ochenta y que, tras un tiempo, vuelve con la misma intensidad, sin sofocar el discurso. Las páginas de Escombros son un lugar de encuentro, de voces y recuerdos, una amalgama de estilos que recogen una vida. Sostener un libro como Escombros en las manos es como acariciar el diario lírico de una voz fundamental en la literatura aragonesa de los últimos treinta años. Celebremos su vuelta con nuestro mejor vino especiados.

Escombros y otros libros del catálogo de la novísima editorial Origami se pueden comprar aquí.
y aquí en digital

Equilibrio Inestable de Igor Paskual (Pop Música, 2011)




Primer LP en solitario de Igor Paskual, ideólogo fundador de la mejor banda de glam que ha habido en España, Babylon Chat y uno de los responsables principales del renacimiento de Loquillo en estos últimos años desde su puesto a la diestra eléctrica de la banda de acompañamiento del de Clot. Equilibrio Inestable es un disco abierto, de guitarras cuidadas y lleno del eclecticismo musical en el que se mueve con comodidad Igor Paskual: glam, pop español chulesco, miniaturas americanas de drobo y piano...Música para traicionar tiene un tono épico muy en la onda de las últimas producciones de los Trogloditas, la densidad acústica de Pierdo la calma es perfectamente con los apuntes de primero de estrella del rock que sirven para rematar la letra, con una trompeta deliciosa en mitad de la fanfarria. El macarrismo de los quemados, del caminar salvaje de las mujeres fatales, de esas a las que solo se puede lamer el camino por el que pasan, aparecen en el single Chica de gama alta. Medio tiempo para Bebemos, pequeña banda tributo al olvido y la absenta. La mandolina de Volver da al tema el inequívoco tono de carretera que pide la canción, los grandes outsiders, los fuera de la ley que viven en moteles y habitaciones alquiladas por días en capitales de provincias. La montaña rusa del amor hace su aparición en Bipolar, uno de los temas más arriesgados del disco, con corazones sintéticos programando los días. La Bahía es una pequeña estampa cotidiana del domingo por la tarde, es el momento para el descanso del guerrero, he vuelto a la ciudad y sólo quiero respirar un minuto. Mis amigos (all my friends) es un arrebato generacional de unos tipos cansados de ser malditos a tiempo parcial, dentellazo de electricidad para aguantar el tirón. El humo de Tom Waits hace su aparición en El Peor novio del mundo, todos sabemos que el amor no se puede mensurar, Igor Paskual mirándote a los ojos, a ver si eres capaz de sostenerle la mirada. Más amor irregular, del filial y visceral en Mi Funeral para entrar en el Charly García autoparódico vía las muñecas de Nueva York en Automedicación, como cuando Johny Cash hacía versiones de Nine Inchs Nails. El cierre, con uno de los mejores temas del disco, El Corazón de Hielo, redondo en el fraseo y en la estructura



Un disco confesional el de Igor Paskual, el del tipo que se reconoce frente al espejo, con todas sus virtudes y defectos, un disco pulcro (quizá demasiado, la próxima vez queremos más descuido rockero y más arriesgado con los textos) de un compositor notable, que maneja muy bien registros clásicos.


Igor Paskual toca el próximo sábado 18 en La Casa del Loco de Zaragoza (último concierto de la temporada). El viernes 17 estará junto a Patricia Imaz y un servidor en Radio Bajo Gállego.

Crónica de Fangoria en la Sala Multiusos (Zaragoza, 4 de Junio de 2011)

El pasado sábado en el escenario de la Sala Multiusos de Zaragoza se presentaba el último LP de Fangoria, El paso trascendental del vodevil a la astracanada, en un ambiente que mezclaba a partes casi iguales a modernas, festivos y carrozas de la Movida. No era para menos, puesto que esta última gira de la banda de Nacho Canut y Alaska incluía dentro de su repertorio los grandes clásicos de Pegamoides y Dinarama. Y no falló, ni un solo instante, desde el comienzo postmoderno de la Funcionaria Asesina (con las bailarinas ataviadas de sendas sierras mecánicas, muy en la onda de la Matanza de Texas), enganchando con la imagería Russo de Mi novio es un zombie para subir la temperatura con el himno inmortal y fugaz del primer éxito de Pegamoides, Bote de Colón. Más madera para el público, mientras un hierático Nacho Canut se parapetaba en el inmovilismo de sus percusiones sintéticas, Alaska azotaba a la concurrencia con un Bailando mucho más Chemical que Gibson (Brothers, me refiero) para ajusticiar el espíritu de Eduardo Benavente en una versión glam de Quiero ser santa. Con Susana Reche de pinup lúbrica, tan Tinto Brass que uno no podía dejar de mirarla, aparecieron por fin los temas de Fangoria: Descongélate y la Pequeña edad del hielo para volver a finales de los ochenta con el Rey del Glam, momento de electricidad psicobilly con la guitarra de Ikerne (de la banda Bultacos), toda actitud fría y de perfecta ausencia postpunk. Más Susana Reche (y más si nos lo hubieran ofrecido, qué curvas de mujer) para empezar a ponernos serios, Cómo pudiste hacerme esto a mí enganchada con Hombres y más Fangoria, casi sin descanso: Criticar por criticar (muy aplaudida), retorciendo palabras y No sé qué me das (petardeo de bombo a negras) que dejaba claro que el repertorio de Fangoria, sin necesidad de acudir al nunca suficientemente reivindicado Carlos Berlanga, es de los que se sostienen solos. Y lo continuó demostrando Alaska con el colmillo afilado apoyado por los eficades coros de Rafa Spunky, Más es más, Absolutamente y la locura final con A quién le importa. Dos horas de éxitos, uno detrás de otro, ensamblados como si de una mixtape eterna se tratara, sin descanso. Porque dejar para los bises, no excesivamente generosos, Ni tú ni nadie o una revisión de Electricistas, despojado de todo lo acústico que tenía la grabación original, más el recuerdo a Vulcano con Hagamos algo superficial y vulgar y el final, con Perlas ensangrentadas, pura imaginería pulp, demostrando, una vez más, que Alaska y Canut, Canut y Alaska, son y serán siempre, un valor básico de la música española.

Mujer satélite de Hotel (Autoeditado, 2011)

Segundo EP de Hotel, tras el estupendo La Suite de Marc Star, llega a nuestras manos Mujer satélite, cinto temas de factura precisa producidos por el mítico Josu García (este señor, no lo olviden, tocó con Mas Birras y en la última encarnación de Tequila, palabras mayores), que ha sabido recoger la imaginería del rock que rebosa en los temas de Hotel y les ha devuelto una grabación con la que empezar el ascenso a las ligas mayores de nuestro país. Abrimos con Tres lados, salvaje y eléctrica, como una declaración de intenciones en la onda de los Burning de los noventa, el siguiente tema, Mujer satélite, juega con las percusiones a lametazos más funky, como si el ácido reguero de los Stones hubiera impregnado el camino hacia los puentes de Babilonia. Lo que dicen por ahí es el medio tiempo punzante que todo buen disco de guitarras tiene que tener, épico como lo son los caballos salvajes cuando se detienen por fin a dormir en un buen colchón de órgano hammond y guitarra acústica. Nos vamos al cielo del beat y el punk-rock, chulesco y demoledor, tenemos una habitación de hotel, la Suite 303, después de un buen bolo, nuestras panderetas están afinadas y el dealer está a punto de llegar, todos los fantasmas tendrán su merecido. Para cerrar, movamos el dial hasta conseguir una emisora donde estén sonando los Proscritos, bien, dale fuerte a los pedales, dame psicodelia, no sé si estoy mirando el mapa al revés o es que tú tendrías que cambiar de perspectiva, no queda mucho, Un día menos, chaval. Una banda , Hotel, que sabe subirse a los escenarios con actitud y canciones, que ha grabado uno EP maduro, profesional, uno de los que permiten un salto cualitativo en la música aragonesa.

Weird stories de El Brindador (Gelmar, 2011)

Segunda entrega en un breve lapso de tiempo de El Brindador, nuevas canciones editadas de nuevo por el sello aragonés Grabaciones en el Mar. Si en el anterior EP la austeridad era la nota predominante en lo instrumental, en este Weird Stories, hay alguna pincelada más de color, lo que lo hace un disco más rico. Y es que Eric se ha acompañado de dos pesos pesados de la escena regional, Pablo Jiménez y Cristian Barros, ambos de Picore, para añadir especias suculentas a un guiso espeso y muy nutritivo para el melómano: Song from another time empieza como una canción religiosa de Johny Cash para crecer a base de teclados y percusiones hacia la oscuridad alimenticia de Mark Kocelek. The Things you´ll never know nos remite ineludiblemente a la saga Buckley, más allá del canto de las sirenas, hasta llevarnos a un hipnótico cabaret bucólico para una canción deliciosamente abierta. Forks&Knives, con un fraseo perfecto, de la escuela de Scott Walker, se convierte en un tema lleno de recodos donde los sabores se van sucediendo, oscuro cuando toca, luminoso en su faceta más épica, preciso como un amanuense de canciones extraído de la tradición perfecta. Música para las personas extrañas que encuentras en los transportes públicos, asimétrica como los días, así suena Casual Day. Jerks around midnight, es una composición brumosa para un estribillo de los que se cantan al cerrar las tabernas, afinado en el tono del ajenjo y acompañado de los amigos efímeros que solo duran una noche. Parades, con su apariencia juguetona, revisa las cuerdas que todos tenemos que pulsar antes de llegar al final, con The Trick, posiblemente el corte más Tindersticks de todo el disco, otoñal y magnífico.


Weird Stories, más elaborado que su anterior Ep, es uno de esos discos en los que uno tiene la sensación de estar escuchando algo serio, fuera de los entretenimientos fatuos con los que los mediocres nos abruman. Un disco de escucha continuada, atemporal.

Espíritu Margot s02e35: Volador nos presenta la reedición de El Largo Viaje

El pasado martes tuvimos en Comunidad Sonora, dentro del Espíritu Margot a dos de los miembros de la banda zaragozana Volador: Antílope (voz) y Anazul (teclados). El próximo viernes 10 de Junio estarán presentando la reedición de El Largo Viaje que ha realizado la multinacional Warner en Zaragoza, en el escenario de la Casa del Loco. Aprovechamos para hablar de sus conciertos por España, del workinprogress, de los pepinos (sí, también), sobre todo los del Poeta Eléctrico...