En
el año 1970 David Bowie no era todavía el extraterrestre ambiguo
que definiría la música en la
década siguiente, así que
su compañía de discos decidió venderlo al resto de Europa como una
especie de Cliff Richard de mirada bicolor y le propuso grabar su
único éxito hasta entonces, Space
Oddity, en italiano. Para ello
recurrieron al mítico letrista Mogol, que se había hecho famoso,
entre otras cosas, por escribir el texto de Una
lacrima sul viso
que Bobby Solo había inmortalizado tras su victoria en el Festival
de San Remo de 1964. Mogol, que ya había adaptado temas de The
Mamas
and the Papas y Procol Harum, decidió llevar el tema de Bowie a su
terreno y convirtió la historia del Mayor Tom, un astronauta
abandonado en la inmensidad del cosmos, en una balada melancólica de
incomprendido amor adolescente que tituló
Ragazzo solo, ragazza sola.
El single se publicó en Italia sin ningún éxito y , puesto que
unos meses después llegaría desde Marte Ziggy Stardust, aquel tema
escrito por Mogol y cantado con una inusitada flema mediterránea por
Bowie se convirtió en una rareza. Más de cuatro décadas después
aquella canción vuelve a estar de actualidad por el
estreno de la nueva película de Bertolucci, Tú y yo, que toma como
inspiración Ragazzo
solo, ragazza sola.
Una historia íntima, casi teatral, que se ha podido disfrutar estos
días en la cartelera zaragozana. Que unos multicines reserven alguna
de sus proyecciones para este tipo de propuestas y más si es en
versión
original y a un precio asequible es un esfuerzo loable. Esperemos que
permita saciar los apetitos cinéfilos de quienes
siguen extrañando los desaparecidos cines Renoir. Yo, he de
admitirlo, fui a ver una
de zombies en inglés, pero de eso, de los muertos vivientes y del
Gobierno, hablaremos la próxima semana.
Columna aparecida en el Heraldo de Aragón el sábado 17 de agosto del año 2013