¿Cuántos de ustedes han cantado aquello de "no, este año yo no estaré contigo en la playa"? La adaptación que hicieron los Sonor de aquel maravilloso Con te sulla spiaggia de Nico Fidenco, cantante melódico de los sesenta italianos, de esos que interpretaban sus temas con orquestas de muchos violines, épicos y elegantes. Nico Fidenco tuvo un éxito todavía mayor con Legata a un granello di sabbia, que en Latinoamérica se popularizó como Granito de Arena y que fue el primer sencillo de 45 r.p.m que superó el millón de copias vendidas en Italia. Fidenco, en aquellos años sesenta de beat europeo, tenía todas las cartas en la mano para triunfar y un solo inconveniente: era muy feo. Sí, nada de la imagen que tenemos de galán melódico triunfando en las galas de verano. No, Fidenco era un pianista a sueldo de la compañía RCA que se dedicaba a componer y arreglar para distintos intérpretes de canción ligera y que cuando le propusieron cantar sus propios temas en la portada de sus EP´s siempre había una foto de una muchacha mediterránea de buen ver. Y aunque intentaron prolongar su fama haciendo que se presentara a la edición de 1967 del Festival de San Remo con la entonces popularísima Cher, no hubo manera. Nico Fidenco abandonó las listas de éxitos a finales de los sesenta, pero aunque ya no pudiera ser crooner, Fidenco siguió ligado a la música durante las décadas siguientes como compositor de bandas sonoras. Suyos fueron los temas instrumentales que acompañaron los primerizos desnudos de las películas S de Laura Gemser. La Gemser, Emmanuelle Negra, mito érotico en largometrajes de capital europeo que trataban de seguir el éxito de las originales norteamericanas y que con tanta fruición devoraban los españolitos medios en los cines de arte y ensayo de Perpiñan. Nico Fidenco del yeyé a los sillones de mimbre.
Columna aparecida en el Heraldo de Aragón del 10 de agosto de 2013