lunes, 30 de julio de 2012

Poética provisional

En la duda de la mañana, en la pasión de la noche, junto a la misma mujer en la cama, todos los días de tu vida. La palabra justa, el acorde perfecto, el rock y el pop, todo atrapado en vinilos, en papel, en albores digitales que desvanecerán en la muerte del electrón. Cada palabra es electricidad, absurdo lamparón de vino, agua de mar entre los dedos. Cada verso es un abrazo al final de un concierto, un beso inesperado, una llamada de tu madre, un tebeo en una caja que te recuerda que una vez fuiste niño. Matemáticas avanzadas, zombies, Leonard Cohen, el recuerdo de Sergio, siempre los recuerdos. Moderno por mirar a los clásicos, evasivo por no guardar las formas, apasionado por las tiradas pequeñas y los cajones de saldo. Mano a mano, como en los tangos. Esperando, siempre esperando.

Despertar en primavera (poema inédito)...zooropa


(algún día volveré a Berlín)

Mi madre me escribe desde Berlín,
espera el metro en la Alexander Platz,
me cuenta que no ha visto
los ángeles de los que le hablaba en mis cartas,
la recuerdo, cálida y hermosísima,
en la puerta del colegio, cada día,
a las seis de la tarde.

Ana,
Und wir sind dann Helden,
me despierto cada día, en otra vida,
y en otra ciudad,
el amanecer de la resaca me impone
la ausencia de tu espalda perfecta
y el ritmo del café malgasta la mañana.

Contemplo los restos del muro,
a través de la ventana del hostal,
sé que acumulan caballería
en las puertas de la ciudad,
no dejarán que nadie salga.

Hace ya tanto tiempo que no se nos permite
la entrada en las tabernas,
que hemos olvidado el idioma
y sólo paseamos como nómadas
cansados de ceremonias y bailes,
alrededor de estatuas derruidas,
escribiendo las canciones que nos salven
de la última tormenta.