lunes, 17 de enero de 2011

Reseña de BAR (Breve Antología de Rescatados) de Vicente Llorente (Editorial Cartonerita Niña Bonita)


BAR es un libro distinto, fragmentos, unas piezas unidas por el amoroso cartón de David Giménez. Poemas, ensayos, experimentos narrativos amalgamados por unas grapas que miniaturizan la literatura de Vicente Llorente hasta convertirlo en una pequeña obra de culto. Borges y sus conexiones con el mundo árabe, el lunfardo con el que Goyeneche atragantaba sus noches, cinco polaroids de luna, el juego de espejos que es Gasparino Vedetta (autor frente a personaje, metaliteratura reflejada), relatos de ayer para explicar el hoy, una ilustración casi escondida. La paleta amplia de Vicente Llorente en un libro que es todos los libros perdidos en esta época de muerte analógica.

La bolsa de pipas número 80




Ha llegado a mis manos el nuevo número de La Bolsa de Pipas, la revista literaria que coordina Román Piñá desde Mallorca. Una publicación muy recomendable, que mantiene esa belleza de lo analógico, del papel impreso y enviado a mil direcciones para el regocijo de los sibaritas. En este número (corresponde a enero-marzo y es el número 80) se dedica un monográfico al recientemente fallecido Miguel Ángel Velasco (estupendo poema el de Román Piñá y hermosamente evocador el texto de Javier Legorburu). Me han gustado mucho los poemas de Jorge M. Molinero y la postmodernidad incontenidad de Balistreni en su relato. Y los poemas de Miguel Dalmau, exquisitos. Espera encontrar algo de material de Rafael Rodríguez Gimeno, a ver si en el próximo número. No puedo olvidar, claro, la presencia de Domador en La Bolsa de Pipas, la parte rockera oscense con la letra de Cabeus, el tema que cierra su LP Teóricamente imperfecta. Reseñas, fotografía...un poco de todo y todo muy bueno. Para conseguir La Bolsa de Pipas pinchar aquí

La letra pequeña


Políticos, prensa, aburridos habitantes de lo que queda de España, todos juntos buscan entre la terminología ampulosa y deleznable, algo de luz en el último comunicado de ETA. Agotador el discurso y ridícula la parafernalia de máscaras y boinas. Las palabras etarras, si no arrastraran una retahíla inmensa de cadáveres podrían calificarse como cansinas. Sin chispas de esperanza, demasiadas portadas fotocopiadas en las que la desazón no deja espacio a la sorpresa. Columnas de humo para que los perros rabiosos laman sus heridas, parodia de payasos asesinos que sobreviven a base del fiemo de la ignorancia y la putridez del miedo. Su semilla de enfermedad lleva treinta años germinando y sus venenosas ramificaciones alcanzan lo más íntimo de la sociedad vasca hasta crear un conglomerado sin sentido donde la frase “salida dialogada” suena tan llena de contenido como “proceso de paz”. Miren la letra pequeña, analicen la semántica de las palabras, la sintaxis de las frases y qué encontraran: un rémora, un vacío de credibilidad política, el ejercicio de la mofa hacia un país que se cansa de tanta estupidez y sólo quiere algo de paz. La sensación de pesebrismo en el hacha y la serpiente, en busca de una poltrona que les permita lavar con la lejía del dinero público sus manos manchadas de sangre. Batasuna, Partido Comunista de las Tierras Vascas, ETA, la basura de siempre, tahures del estalinismo cantábrico que se resisten a pudrirse y buscan, una y otra vez, la redefinición del absurdo soberanista frente a un país que se ahoga entre rescates, deuda y paro. Abandonen las armas, sin demandas, pidan perdón a las víctimas y entonces, sólo entonces, cuando el tartamudeo del miedo abandone por fin nuestro cuerpo, veremos qué dice el pueblo, su pueblo, nuestro pueblo.
Columna aparecida en el Heraldo de Aragón de 13 de Enero de 2011

Feliz cumpleaños, amigo...

en fin. Me voy a abrir una botella de vino.

Entrevista a Vicente Muñoz y Nacho Escuín acerca de Beatitud (Ediciones Baladi)


El próximo mes de enero verá la luz Beatitud (visiones de la Beat Generación) publicado por la editorial Baladí y coordinado por Vicente Muñoz Álvarez (aka Vicente Vinalia) e Ignacio Escuín Borao (aka Nacho Eclipsados). Una antología de textos que recoge impresiones diversas y reflexiones sobre los beatniks a cargo de 33 escritores. Más info en su blog.


Unas cuantas preguntas para abrir boca:


¿Os levantáis una mañana y decidís montar un tributo a los Beat? O existe un génesis más retorcido y motivado...contadnos algo.


(Vicente): Ufff, ojalá fuera así, levantarse y decidir hacer un tributo a los beat y tener en poco tiempo el libro en las manos... Todo el proceso de gestación de una antología es largo y trabajoso, pero el de esta lo ha sido en especial. Nacho y yo llevábamos cerca de tres años, desde las presentaciones de Tripulantes, dándole vueltas y vueltas al tema: si hacer la antología de poesía o de prosa, a quién y cómo homenajear, a qué autores meter, quiénes eran los más adecuados, etc etc. Todo eso llevó mucho diálogo y tiempo. Pero el resultado habla por sí mismo: no hemos podido quedar más satisfechos con la antología.
(Nacho): Vicente y yo somos de darle muchas vueltas a todo, y esta antología requería todas esas vueltas y algunas más. Queríamos que todo estuviera en su sitio, y por eso hemos trabajado a lo largo de tres años para que este libro fuese exactamente lo que queríamos que fuera. Ha sido un proceso largo pero creo que el resultado no puede ser mejor.


Proyectos como Beatitud o el último número de Vinalia Trippers (Plan 9 desde el espacio exterior). Tanto uno como el otro habéis desarrollado este tipo de proyectos corales donde distintos nombres de la literatura alternativa española se juntan en un libro (ahora de memoria: Tripulantes, Hank Over, Golpes...), de alguna manera me recuerda al espíritu de los fanzines. ¿Este tipo de libros son remanentes de este tipo de publicaciones? ¿los últimos supervivientes de lo analógico en la era digital?

(Vicente): Puede que en el fondo sí, al menos en mi caso. Esa es en parte la manera de concebirlos. Yo vengo del mundo de los fanzines contraculturales de grapa y papel, herederos de la Transición y el punk... Comencé editando en 1995 Vinalia Trippers con una idea y filosofía muy semejante a la que contienen todas esas antologías que has citado. Me di cuenta de que existía un montón de gente, escritores, muy válidos en aquel momento, pero que por su posicionamiento literario y vital eran sistemáticamente ninguneados por la crítica oficial, las editoriales y suplementos literarios del momento, etc. Y para ellos y por ellos montamos Vinalia Trippers. Todo lo demás ha venido añadido, en realidad derivado de ahí: Golpes, Tripulantes, Hankover, 23 Pandoras, Plan 9, Beatitud, todos responden al mismo impulso y espíritu.

(Nacho):Sí… jajajaj, lo somos. Supongo que ese espíritu está presente y también el gusto por los libros, por el papel, por todo lo que tenga que ver con la cultura del libro. Para nosotros el libro es el final de la expresión, al menos del autor, pues el lector empieza su trabajo con ese libro. La verdad es que este libro es algo más que un libro colectivo, es también una suma de sensaciones, pensamientos, ideología…


La portada de Beatitud remite al ritmo, al jazz, a las cavas oscuras donde nace el spoken word, la poesía anfetamínica...un elemento referencial, aunque posiblemente menos conocido, del universo beat, me ha sorprendido un poco, uno esperaría más referencias a la carretera y el movimiento y se encuentra con la lucidez narcótica de los garitos en la portada...¿Dos caras de la misma moneda?


(Vicente):Sí, ambas caras, que son las que contiene también el libro: guiños a la iconografía clásica de los beat, pero también visiones y recreaciones mucho más viscerales y subjetivas.


(Nacho): Claro, y la carretera también está ahí, siempre lo estará. Eso es lo grande de los beat, que son muchas cosas al mismo tiempo. Su grandeza radica en saber encontrar un vehículo de expresión ideal para hablar de muchas cosas.


El movimiento beatnik, como germen de la contracultura, salta un poco por encima del fenómeno hippie (aunque autores como Ginsberg se incorpora en ciertos círculos) y se acerca más a los cantautores eléctricos (por ejemplo el Dylan de los setenta, con la Medicine Show Revue) para desaparecer un poco en el panorama rock de los ochenta y noventa. Hoy, el rock de raíces americanas vuelve de nuevo la vista a la lírica de Kerouac. Enganchando un poco con la pregunta anterior, ¿no os parece que la mayor parte de los autores que aparecen en beatitud tienen el rock como elemento referencial de su imaginario, aunque muchos de los Beatniks no fueran precisamente cercanos a este tipo de música?


(Vicente):Ten en cuenta que han pasado 50 años desde entonces y hoy en día el rock es parte ineludible de nuestra cultura. El bebop y el jazz de los beat de origen, tamizado por el rock progresivo de los hippies, el punk, el pop, etc etc, reciclados hoy en nuestra estética del siglo XXI. Todo, en el fondo, es un reciclaje cultural permanente, que se lo pregunten si no a Tarantino....

(Nacho): Supongo que en muchos casos sí, pero no creo que sea algo que se de en todos los autores. Es una cuestión generacional, pero sí, existe en muchos casos una gran cercanía a lo que indicas.


Un libro como este exige lanzarse a la carretera para que la voz renovada de los beatniks llegue a todo el mundo, imagino que vuestra intención será realizar el mayor número de presentaciones posibles...¿Qué plan tenéis al respecto? ¿buscaréis combinar la literatura con otras manifestaciones emparentadas con el movimiento beat (música en directo, audiovisuales...)?


(Vicente): Esa es en principio la idea, sí. En esta y en todas las presentaciones que solemos hacer: fusionar varias ramas creativas con la literatura y hacer las presentaciones lo más dinámicas e interactivas que nos sea posible. Intentaremos mover el libro todo lo que podamos, eso seguro.

(Nacho): Este libro es más que literatura, como bien indicas, ahora nos toca llevarla a todos los lugares y hacer que la presencia del libro genera actividad a su alrededor. Es un libro lleno de vida y eso se tiene que notar.


Enero del 2011 en los mejores moteles, supermercados, gasolineras y despachadoras obsoletas de radiocassette. Y en librerías, claro