viernes, 3 de agosto de 2012

Crónicas del estío

Me veo superado por las circunstancias: Macaco, adalid del buenrollito, se rasura la barba con un buen contrato de publicidad y yo, aseado y bien encarado hijo de funcionarios, me dejo una barba propia de un asiduo a La Mandrágora (la de Sabina, no la de Félix Romeo). Se cumple otro año más y seguimos extrañando a Sergio, no sé si las cosas hubieran ido mejor, pero por lo menos serían considerablemente más divertidas. Mariano Rajoy farfulla excusas y asusta, como un lobo de cuento, con medidas que no lleva a cabo. No podemos dormir, demasiado calor...casi antes de que se haga de día salgo a pasear con mi padre, desde Salou hasta Cambrils y me alimento de su visión acertada de veterano (mi padre le tendría que escribir las letras a Loquillo, así de claro): “Pero cómo nos van a hacer caso en Europa si este hombre convoca a las comunidades autónomas y se le ríen en la cara...” Más claro, bewatermyfriend. Hace cuarenta y ocho horas la consejera de economía andaluza se levanta de la reunión y se marcha dando un portazo...esto parece un capítulo de The Office y no nos estamos dando cuenta. Usted, que no votó al PP, que tampoco votó al PSOE, me dice que votar a UPD es de falangistas, supongo que hay ganas de que lleguen los comunistas al poder y tengamos niñas de dieciséis años que ganen títulos como si hubieran entrenado en Dresde en los setenta. Porque lo importante, no lo olviden, es que España (desde que ganamos a fútbol no tengo que poner lo de “con perdón”) no consigue medallas en la olimpiada. Y mientras los mods comienzan su carrera para dominar el mundo ganando el Tour de Francia, el verano trae su serpiente, venenosa y multicolor, como una edición extendida, larga y pesada, como el montaje de un director repetitivo y egocéntrico. Qué miedo me da septiembre. 

Columna aparecida en el Heraldo de Aragón del jueves 2 de agosto de 2012