jueves, 25 de junio de 2009

Concurso

Hasta el viernes a las 23h: Leo Camaleón presenta Días de Rumba mixtape

Un plan para esta noche, un plan para todas las noches

Llevo saliendo desde el jueves y no tiene visos de parar...jueves, viernes, sábado, (miento, el domingo descansé), lunes, martes, miércoles, hoy jueves, mañana viernes y el sábado se sale. Lo que tienen las vacaciones y los líos en la cabeza...que se sueltan más en las noches de estío.
Hoy me debo a Miguel Mena y el 26 aniversario de Parafernalia en la Casa Magnética. Sólo vinilos de la época. Hoy jueves a las 22h. Ayer estuvimos probándolos mientras España hacía el ridículo con los USA y luego nos ventilamos un arroz negro espectacular (luego yo me calcé unas copas, pero eso es otro tema). De todos modos, también es muy recomendable la sesión de poesía en el Candy Warhol: "Oídos de ciego y corazón insumiso" un poemario de Rafael Luna con las voces de Pepe Montero y Javier López Clemente. Más o menos a la misma hora.

Memoria de pez

Sabíamos que esto iba a ocurrir. La serpiente que amalgama el delirio y todas las rabias no se iba a quedar agazapada en su rincón pútrido mientras le quedara un resquicio de bilis. Dolorida por la aparición de una coalición de gobierno que no usa doble baraja, que no permite las efigies de los monstruos presidiendo los ayuntamientos. De nuevo, una vida reventada bajo los cascotes mientras los aplausos de los cómplices resuenan en mitad de un juicio y prosiguen las alimañas, con su habitual media sonrisa condescendiente, tratando de recoger las nueces, más afanadas en descalificar a una viuda que en arrancar las malas hierbas que siguen brotando, ávidas de sangre, en cada rincón oscuro de Euskadi. Y contengo las arcadas frente al discurso nauseabundo de Alfonso Sastre, propio del extorsionador a sueldo de una ideología caduca y represora, ufano en sus amenazas de matón desde la tribuna del horror mediático. Negociar la paz suena a plusvalía de muerte en la boca desdentada de los heraldos de ETA, con esa codicia de los que siguen salivando una dictadura acomplejada de raza y ADN marcado. El cáncer injertado durante años por una educación nociva, construida sobre la exclusión y las mentiras, con unos cimientos de odio tan arraigados que ninguna lejía de cambio parece ser capaz de limpiar. Ahora les propongo un sencillo ejercicio: traten de recordar el nombre del policía asesinado. Cuesta, ¿verdad? Sólo han pasado unos pocos días y nuestra sociedad, insensibilizada frente al dolor, deja pasar los rostros y sigue consintiendo que la muerte se almacene en forma de número. No quiero aportar desde esta columna soluciones milagreras, sólo seguir peleando por amplificar la memoria de pez de nuestras conciencias.
Columna aparecida en el Heraldo de Aragón del 24 de Junio de 2009