domingo, 19 de septiembre de 2010

de Jurançon al mundo

Recién llegado de Francia, del festival de Jurançon. Tres días muy cañeros pero divertidos, un poco de rockandroll way of life (bueno, yo más bien de abuelete que se retira pronto) y distintos encuentros estupendos: volver a ver a Manolo Vilas, el espectáculo genial de Carnicer&Bagüeste (y las proyecciones de Orencio que me dejaron flipado), las lijas auténticas. Dimos dos recitales, uno el viernes en acústico (con Richi en la melódica y Luis en la acústica), El Lamento del Ángel, Bizarro (éste poema es nuevo), ¿Quién con fuego? (sobre el Who by fire? de Leonard Cohen) y Aleluya. El bis Esperando a Bebeto a toda caña. Luego cena y lluvia ligera...estuvimos con Rosa Cáncer que vino a vernos de propio (gracias niña). Después de un ajetreado viaje a Pau aún me animé a tomarme una copa, pero viendo el percal, dejé a los vampiros que disfrutaran de la noche y me fui a dormir. Al día siguiente madrugón y de bodega en bodega, se incorporan Vilas, Pablo Malatesta (que viene de tocar con los De Vito en Burgos)...y los chicos de Huesca, un grandísimo Carnicer, Bagüeste y Orencio (con sus deuvedés calentitos)... hicimos el set eléctrico (Cajas, Comulgatorio, Jane Birkin, Bebeto y el bis con Morente). Sólo nos dieron veinte minutos y nos hubiera gustado hacer algo más, pero no pudo ser. Conocí a la gente de la asociación Aveletra de Huesca, gente muy interesante con proyectos curiosos y con los que espero coincidir en más ocasiones. También a Jesús Moreno, amabilísimo... El cierre de la noche, tras una paella con aceitunas verdes y negras, el espectáculo de Carnicer y Bagüeste (y Boix) fue absolutamente brutal... de nuevo a dormir moderamente pronto. Porque hoy hemos cruzado la frontera, por carreteras estrechas, escuchando a Gainsbourg y los Cure, hasta Biescas, Huesca, Zaragoza. Muy grandes... Richi, Luis y Pablo...primer bolo en el extranjero, espero que no sea el último.

Espíritu Margot s02e02: Los Mestizos

Especial sobre la banda oscense Los Mestizos...sus primeros discos con 3Cipreses, la conquista de la Movida, los Coyotes, la portada de la Pócima del Amor, bugalú, SCR, el tacón cubano, el ascenso y la caída de la Fábrica Magnética y las arañas de Marte, Miqui Puig y su single de vinilo de Sentirse bien...es hora de regresar. De Huesca al mundo, con todos ustedes...Los Mestizos. Descargar aquí

Los chicos del baloncesto

Se acabó el mundial de baloncesto y España, por primera vez en unos cuantos campeonatos, no jugó por las medallas. En los ojos de unos pocos había algo de incendio; los chicos del baloncesto, los de la logia secreta de Ramón Trecet y Pedro Barthe, cabreados por el inepto italiano que nos había devuelto a los tiempos del desierto. Treintañeros que depositamos nuestras esperanzas en el CAI Zaragoza y la Gigantes del Basket, que aguantábamos despiertos para ver a los Hawks de Mike Fratello en “Cerca de las Estrellas”. Educación emocional, recuerdo a mi padre contándome cómo machacaba de espaldas Claude Riley o describiéndome, con los ojos encendidos, la estampa de Kevin Magee golpeando un bombo al terminar la final de la Copa del 83. Pienso en Mark Davis, en Leon Wood y Ken Bannister, José Luis Rubio y su deportivo con la matrícula 007 —una leyenda urbana que nunca llegué a confirmar. Curiosamente recuerdo estar en la Romareda el día que se mató Fernando Martín y en el bungalow de mis abuelos en Salou cuando se jugó el Preolímpico de Seúl con Romay lesionado, la noche que trataba de seducir a una chica con un ojo puesto en la televisión mientras la selección perdía contra China, el “angolazo”, actualizar de manera compulsiva la edición digital de Marca para seguir los partidos desde Buenos Aires... muchos momentos de mi vida, de nuestras vidas. El día de la final en Japón se me saltaron las lágrimas viendo a Pau Gasol descender cojeando las escaleras del estadio en busca de su medalla de oro. Cuando veo jugar a la selección de baloncesto sé que sienten los colores, que aprietan los dientes cuando suena el himno, que en los lugares pequeños la gloria dura menos pero sabe más dulce. Díaz Miguel que estás en los cielos, sálvanos del monstruo del fútbol, nos la jugaremos en la última posesión de la vida.
Columna publicada en el Heraldo de Aragón del 15 de Septiembre de 2010