Mi primer contacto con Cave fue una
cinta de cassette que trajo Luis Díez a clase. Estábamos en los
Marianistas, sería el año 93 o 94. Era una cinta con portada hecha
a mano que Luis había comprado por correo en un catálogo de discos
piratas. Estaba su versión de All Tomorrow Parties de la Velvet
Underground. Me pareció horrenda.
Cave protagoniza un documental 20000days on Earth y solo el tráiler hace que se me ponga el alma dura.
Nick Cave haciendo de sí mismo en las
películas de Wenders. Las camisas blancas almidonadas. Las versiones
de Anita Lane sobre temas de Gainsbourg. Las fiesta de cumpleaños,
Jim Jarmusch en Berlin en 1987. Nick Cave y sus gemelos. Nick Cave,
el burro y la heroína, la mula, la biblia. Nick Cave levantándose
para escribir de 10 a 13h con una máquina de escribir y dos dedos.
Pinchando Deanna en un garito del casco para diez personas. Once si
me cuentas a mí. Y luego Little Richard, primero Deanna y después
Lucille. Impecable, imparable. Ya hemos hablado de Wenders. No hemos
hablado de la pertenencia de Cave a los hijos de Lee Marvin. La
leyenda de la ciudad sin nombre. Pensar en Lee Marvin cantando
Estrella Errante y luego José Guardiola cantando Estrella Errante y
luego Loquillo cantando Estrella Errante. Todos con un pitillo en la
boca. Y Nick Cave, con su olivetti y un tocadiscos, con Mr.Ellis y su
pedalera, contando los días hasta el siguiente documental sobre su
vida.
Pero lo mejor, sin duda, es la sonrisa
de Kylie.