domingo, 13 de septiembre de 2015

Interino 10: Solo te pedí un cigarrillo


A veces las únicas cuestas que valen son las que no puedes dejar de subir. En la ciudad había hambre de cerdo y lágrimas de alquitrán. A. no quiere estar desnuda frente a la ventana que da al abismo y yo sigo ahogado por la adicción mal curada. Javier y Antxon, como dos gemelos de Kollwitz envían señales desde el pasado. No hay abonos para las vistas que se han perdido. Compro en la tienda del museo un pequeño monográfico sobre los tebeos en la España de la Transición. A veces extraño volver a tener entre mis manos el primer número del Víbora o el especial que publicó el Jueves unos días después del golpe de estado del 23F. Los tebeos eran de mi tío Rafa y mi abuela los guardaba -más bien los ocultaba- en el armario de la plancha. Había historietas de terror eróticas. A las vampiresas se les veían las tetas, pero nada más. Tetas y tetas. Eso sí que me interesaba. Cuando llego a Anarcoma doy un paso atrás. Demasiadas historias confusas.

Hambre de cerdo y vino en las comisuras. Le cuento a A. que leía Viaje a la Alcarria las tardes de los viernes en clase de plástica. Tenía voz de rapsoda y poca mano para las fiestas. En los cuadros hay estornudos de Saura que amenazan con desnudar a mi mujer. Pienso en el cuello arrugado, el cuello de gallina de Brigitte Bardot, pienso en Enrique dominando con mano dura Sol de España. Pienso en Francisco Umbral trasegando coñac con Raúl Cimas mientras hacen tiempo para el concierto de Esplendor Geométrico.

Tumbado en la cama del hotel veo Cementerio Viviente en la televisión de plasma. No hay subtítulos, pero la muerte siempre sabe encontrar su lugar hasta el cerebelo. Me da vergüenza estar viendo esta película en Cuenca, me da vergüenza no buscar un escondite donde fumar cigarrillos de anís. Por la ventana se dibuja una garganta que no es la mía, un rescate en helicóptero, el goteo del agua dulce, la mentira romana, el queso curado.


Saltar y quedarse colgado. Amar y no dejar nada colgado. Besar tus lóbulos y disfrutar del espectáculo colgante.