Hace ya unos meses mi colega Vicente
Muñoz Álvarez me pidió un relato para la antología más
ambiciosa, pulp y salvajemente funkie que he tenido el gusto de
participar: Black Pulp Box. Imagínate una película de Shaft pero
con banda sonora de algún combo perdido de sonido Caño
Roto...imagínate a un antiguo dandy decadante, ex de todas las cosas
buenas y nocivas de la tierra, de viaje por Amsterdam buscando un
viejo single de vinilo de una banda que juntaba la rumba catalana con
los pedales wahwah, imagina a una estrella del pop como
coprotagonista, imagina una canción del Niño Gusano con nombre de
animal, imagina ese animal acercándose al protagonista del relato en
uno de los canales, imagínate un tipo que copia el estilo de Irving
Welsh es una habitación de hotel barato mientras comprueba los
resultados de ciclismo en el ordenador de recepción, imagínate que
llama a Charly Aquilué antes de Bicaberut y le pide que le haga las
ilustraciones. Más o menos eso, en un sobre, con un sello, fue lo
que le mandé a Vicente...ya está a la venta en Zaragoza...
lo he visto en el Tajmahal. Merece
mucho la pena.
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