lunes, 27 de agosto de 2012

El boxeador (en el día de mi cumpleaños)

Hoy es mi cumpleaños. Treinta y cuatro años seguidos, acumulados uno encima de otro con la minuciosidad de un orfebre. Ayer, unas horas antes de la medianoche, escuchaba la canción de Bunbury, con esa percusión lenta de abril y mayo, con la voz perezosa del que busca refugios en los cuarteles de invierno...me acordé de Félix y de cómo dejó grabado el cumpleaños feliz en el contestador automático de mi teléfono móvil. Trescientos sesenta y cuatro días antes. Nada más. Es el penúltimo día de playa para este verano. Está cansado, ha trabajado duro construyendo días y noches, tardes y mañanas. Has sido un buen chico, tómate un descanso, déjanos el timón a nosotros. Vuelvo conduciendo de mil sitios distintos, escuchando con Ana un disco de grandes éxitos de Morrissey y me imagino la risa de Félix viéndome al volante, canturreando las malas canciones hasta convertirlas en lágrimas de Battiato. Hoy es mi cumpleaños, boxeador, hoy rezamos a todas las Vírgenes del mundo, no hay protección posible, solo el dique de los recuerdos, soplaré todas las velas por ti y pediré deseos imposibles, porque a dónde tú te fuiste no llegan los trenes. 

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