Engañé a David Giménez. O quizá no. No lo recuerdo. Sé que agarré un ferry en Puerto Madero. Pensé que acabaría en Montevideo. Llegué hasta Colonia. Allí me hice fotos. Me hicieron fotos más bien. No sé qué habrá sido de ellas. Quería ir a Montevideo porque había escuchado a El Cuarteto de Nos, porque una tarde en Zaragoza, viendo una exposición, se proyectaban sobre una pared unas imágenes de Zitarrosa en loop. Pude haber sido feliz en Montevideo, imaginarme historias en las que el “maracanazo” no fuera más que una leyenda urbana, la gente al sonreír dijera “whisky”, los voltios de Juan Pablo Rebella no se hubieran apagado. Tango que me hiciste mal, casi un mantra remeczlado por el bajofondo. Recuerdo La Caja de los Hilos y la poetisa que se escapaba entre mis dedos, una Zaragoza que ya no existe, la bolsa y la espera. Dos ciudades bastardas, en la encrucijada equivocada, en constante eclipse, en la oscuridad perfecta del blanco y negro y la palabra. Hay gatos en las dos noches y gatas también, las dos ciudades se dejan
acunar por sus ríos (qué tópico más efectivo), río mudo que ensombrece las postales más costumbristas, casco viejo que se desmorona atrapado por las instantáneas, calidez poética de extrarradio, esquina enfurecida de judería platense, los niños y su coartada blanca al caer la tarde, las muecas desesperadas al otro lado del escaparate, plata y más plata, taxi y colectivo, en vuestros recodos se agolpan los ángeles jugando al escondite con los ojos cerrados. No quieren salir en las fotos. Ya es tarde. Os engañé, vuestras palabras son redes que atrapan el alma de las ciudades. Te engañé David. O quizá no.
acunar por sus ríos (qué tópico más efectivo), río mudo que ensombrece las postales más costumbristas, casco viejo que se desmorona atrapado por las instantáneas, calidez poética de extrarradio, esquina enfurecida de judería platense, los niños y su coartada blanca al caer la tarde, las muecas desesperadas al otro lado del escaparate, plata y más plata, taxi y colectivo, en vuestros recodos se agolpan los ángeles jugando al escondite con los ojos cerrados. No quieren salir en las fotos. Ya es tarde. Os engañé, vuestras palabras son redes que atrapan el alma de las ciudades. Te engañé David. O quizá no.
El libro Z/M se presenta este viernes 29 en Remolinos (Zaragoza) en el Espacio Enlatamus
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