Hoy

Se jubila mi padre. Más de cuarenta años de trabajo. Maestro vocacional y vital en una enseñanza pública que se desmorona por la gestión delirante de los celebrasolsticios. Hay que aguantar, porque este país necesita mentes abiertas que no sufran el cáncer del sectarismo. Hay que recoger el relevo y seguir masticando los candados de la cerrazón. De la Normal a los pueblos de Aragón, en coches que ya eran viejos antes de estrenarse, contemplando la mutación de la España fermentada en desilusiones y falsas promesas. Tú me lo enseñaste padre, aguantaremos pero no nos dejaremos avasallar. Estoy muy orgulloso de ti.