Con la desazón haciendo mella en mi ánimo tras la inclusión de ETA en  el proceso democrático –qué poca valía le quedan a las grandes  palabras-, amagando el puñetazo en la mesa tras la foto del criminal  sonriente Ander Errandonea Arruti con el logo de Bildu, me siento  abrumado por la publicidad arcaica de la campaña electoral. Fotos de  primerísimos planos “tuneados”, vociferantes vehículos dotados de  megafonía reventando la tranquilidad de la media tarde, candidatos que  se apuntan en la mano el nombre de la localidad turolense que les toca  ese día para poder saludar correctamente a los parroquianos…  intransigentes que no permiten que el PP realice sus mítines y afines a  los intransigentes que asienten con media sonrisa. Clásicos de esta  sociedad española, polarizada y agotada de derbies (repitiendo el  enfrentamiento entre las Españas) y cantidades desbordantes de parados.  Cantaba Javier Almazán, también conocido como Copiloto en el tema  “Jornada de Reflexión”: Ésta es la última vez que te voy a votar/por  mentirme tanto/por tomarme tanto el pelo/por ofrecer tus encantos a  otros caballeros”. Barajamos y vamos lanzando las cartas sobre la mesa:  la hydra bicéfala de siempre; un PSOE renqueante, que se niega como un  crío maleducado, a asumir su responsabilidad en la debacle del último  lustro y un PP mudito y sin ideas, jugando al desgaste, prometiendo  trucos de magia para sacarnos del Averno (Señor Rajoy, de verdad, ¿ qué  propone?). ¿Y luego?...partidos con ideas trasnochadas, nacionalistas  que cambian del verde al rojinegro cenetista y regionalistas a los que  se les ha puesto cara de bisagra. Me lo están poniendo complicado,  queridos políticos, porque soy de los que defienden fieramente la  necesidad de acudir a votar. Ofrézcanme sus encantos, conviértanse en  leyendas.
Columna aparecida en el Heraldo de Aragón del jueves 12 de Mayo de 2011
 
 
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