Le acaban de dar un premio, un premio mediático. Un premio grande. Lo único que puedo ofrecerle yo es mi admiración. El más grande. Palabras y música, música y palabras para definir una vida, todas las vidas. Aprovecho para recapitular algunos de mis monográficos "cohenianos": el Espíritu de Margot que le dedicamos a él y a Javier Mas, de músicos metidos a escritores y viceversa (Simpatía por el relato), rock y literatura en el Día del Libro, un guiño para el ezine de Periferias 2010, el feliz Cohendía, la columna del Heraldo donde celebrábamos la vuelta del maestro al directo, y alguna otra cosa, además, claro, de la crónica del concierto que dio en el Príncipe Felipe.
Y recordar que con Experimentos in da notte hemos hecho Aleluya, El Futuro, La Torre de la Canción y Who by fire? O que cuando era un adolescente con ganas de malditimos coordiné un especial sobre Leonard Cohen en el Fanzine Confesiones de Margot y el disco tributo: Disparen a Cohen (A spanish tribute)
o este vídeo de Javier López Clemente recitando mi poema Aleluya del Ciudad de Mármol con música de Cohen.
o esta entrevista del programa Clic! sobre Leonard Cohen.
Hoy, además, aparece mi reseña de Omega de Morente y Lagartija Nick en el Artes y Letras del Heraldo de Aragón.
Las ilustraciones son todas de Luis Díez.
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