lunes, 7 de noviembre de 2011

...la resaca de Negro


No estamos pasando por los mejores días de nuestra vida. Todo está oscuro, cansino, húmedo y ventoso. No tengo palabras, yo que siempre he sido un bocazas, como la canción de los Smiths, pero me afano por no incomodar y seguir el consejo de la mujer sabia: "aprieta fuerte su mano". Es lo único que tengo para ofrecer.

Buenas noticias han sido la presentación de Negro, primero en Huesca y después en Zaragoza. Un orgullo tocar y presentar por primera vez el disco en Periferias y contar con Juanjo Javierre y Antonio Romeo de invitados en directo. Y el pasado sábado en el escenario de La Ley Seca y acompañados de JJ.Gracia, EdSullivan, Alberto Guardiola, Carmen Ruiz, Aloma Rodríguez, Javi Polo, Fernando Sanz...en fin, que muy felices. Además el crítico musical Gonzalo de la Figuera ha escrito una crónica muy generosa en el Heraldo de Aragón (que podéis leer aquí) e incluso el disco está sonando fuera de Aragón, a través de Com Radio y Nando Caballero que amablemente nos ha pinchado. Escuchar aquí.

Parece que sí, que El final de los tiempos es el tema que más gusta.

Se nos va de las manos

Las cifras del paro en España llegan en la semana de ánimas, asustando bastante más que los rostros pintados y las brujas imposibles que nos asolan en este panorama zombificado de estúpida recepción anglosajona (por favor, únanse los progres antiamericanos y los españoles de toda la vida defensores de la tradición, hagan algo…) que nos ha traído Halloween. Tan extremas que parecen fruto del delirio pasivo de un gran mundo indolente, este país se arrastra y las excusas del Gobierno, amparado tras su campana de cristal insonorizada de justificaciones mundiales, resultan patéticas. El manido “es que todos están así” no puede seguir valiendo cuando existen países donde la recuperación es evidente. En Berlín, transcurrida la noche de Walpurgis, tachan fechas en el calendario antes de la debacle griega, sorprendidos por esa especie de motín heleno en forma de referéndum. Ni cobrando la entrada al Partenón a precio de película 3D con ribetes digitales se pueden superar tres décadas de despilfarro. Y en la lista vamos los españoles detrás. La socialdemocracia, el socialismo, las grandes palabras que forjaron la Europa de los ochenta, han acabado teniendo menos valor que una moneda de dos Ecus. La cultura del esfuerzo, la eliminación de la picaresca laboral mediterránea, la intolerancia social hacia los que siguen teniendo a gala su inmovilismo por el remanente del subsidio, todo eso es necesario, imprescindible. Y sí, digámoslo claro, porque la situación lo exige, también un cambio en el Gobierno, el adelgazamiento de la infraestructura autonómica y la revisión de las transferencias y la descentralización psicodélica. Porque aunque nadie diga que el plato tendrá buen sabor, la receta está muy clara.

Columna aparecida en el Heraldo de Aragón del jueves 3 de noviembre de 2011