viernes, 14 de agosto de 2009

La gran mentira de Woodstock


Cuarenta años arrastrando la misma farsa dentro de la cultura pop: el manoseado festival del amor, el verano de las flores, Woodstock y toda su parafernalia de ácido y psicodelia. Existen tres grandes mentiras en el rockandroll: Elvis Presley, Woodstock y los Sex Pistols. El Rey del Rock, masacrado por la fama y los excesos, no era más que un muchacho del sur de los Estados Unidos que supo estar en el lugar y el momento adecuado para fagocitar todas las músicas negras y convertirlas en un producto azucarado para las grandes masas ansiosas de consumir algo de rebeldía en forma de twist. Una obra magnífica, saqueada hasta la extenuación, la de un artista embarrado por una condición casi divina, conservador, excesivo, armado hasta los dientes, hortera. Un elemento reaccionario más dentro del sistema. El verano del amor, como el Mayo del 68, es la gran excusa. Condicionada por unas circunstancias políticas y sociales excepcionales, el concierto de Woodstock —no olvidemos que ni Dylan ni los Doors, por poner ejemplos, estuvieron presentes— carece de entidad para ser representativo de una música que, como siempre, va más deprisa que los medio de comunicación y el público. Ni comparación en cuanto a la lista de artista con la Isla de Wight o el Festival de Monterrey, ajeno a lo que se cocina en Nueva York por aquellas fechas — un par de años antes The Velvet Underground había publicado su Banana Álbum, tres años después David Bowie vampirizaba los elementos más importantes de postmodernidad y futurismo para crear a Ziggy Stardust— y con los elementos más tristemente trasnochados del estertores del movimiento beat — ¿hay alguien que de verdad se crea a Allen Ginsberg? —, Woodstock es un tótem, una entelequia para el agrado de la progresía que evolucionará desde el hippismo al poder en un plazo corto, cortísimo — que le pregunten a Danny El Rojo, el eurodiputado de las piedras—, una excusa barata que será repetida, manoseada y usada como justificación de cualquier elemento de pensamiento —que no de acción, una cosa es lo que creemos, otra lo que hacemos— de la izquierda moderada —o derecha encubierta, elijan ustedes mismos— durante cuarenta años. Lo peor de todo es que, como con el Che Guevara, JFK y otros mitos incorruptibles, nos queda Woodstock para rato.



Lo de los Sex Pistols...bueno, es todavía más vergonzoso, pero por lo menos, la verdad por delante. Eso siempre hace más llevadero el timo.

Nuevo Maxi de Niños del Brasil en descarga directa


El próximo lunes 17 se podrá descargar el nuevo maxi de Niños del Brasil, Las Calles de Teruel, con el tema homónimo y remezclas a cargo de Edu Mecanismo, 405 D Rojo y Juani Misterfly. Será de manera exclusiva en un blog que cuida como ninguno la música aragonesa, permitiendo descargas de material casi inencontrable: Versiones de Aragón



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