martes, 26 de marzo de 2013

Can Tuyus s03e15: Llámame Bob (Dylan)

Hemos escuchado una canción de Calamaro, del Honestidad Brutal.... y te preguntarás, ¿a qué viene esta noche esto, que vendrás intoxicado de psicodelia, pop sesentero y demás parafernalia lunar y alucinada? Pues que la semana pasada como te prometí estuve viendo Searching For Sugar Man...y es tan buena como me habías contado. Da gusta ver un cine en Zaragoza lleno, aunque la sala fuera pequeña y fuera sábado por la noche,


Hay una escena, en la que Sixto Celorrio vuelve a los escenarios, y no desvelaremos más de la trama del documental para no tener que acudir a la manida alerta de spoiler), y en la que aparece para tocar con su banda con una estética delirante: con un chaleco sin nada debajo, vaqueros y botas camperas sobre los vaqueros. Estética delirante, pero directamente tomada de la que llevaba Dylan en los terribles ochenta, cuando grabó sus discos acompañado por la guitarra solista de Mark Knoffler. Para llevar un chaleco sin nada debajo, dejemos las cosas claras, hay que ser Dave Gaham de Depeche Mode...o como mucho Enrique Bunbury, que, de todos modos le queda demasiado Mariachi, demasiado El Cóndor Pasa... bueno, aparte de esto más cómico...es curioso, no digo que sea un imitador, ni mucho menos, per está claro que tanto en la estética, como en la forma de cantar, algo nasal, como en el atrevimiento de vestir a sus canciones de guitarra de palo y voz con arreglos (Qué violines, eh, miqui, qué violines) hermosos, ampuloso, el juego de metáforas, todo lo encuadra dentro de una tradición Dylaniana...y aunque la personalidad de Sixto Celorrio parece estar por encima del imitador puro...hoy quería llamarte para hablar, de Dylan pero sin Dylan.

Imitadores o seguidores, FOB (acrónimo de Friend of Bob)...si hay uno que en los últimos años ha destacado por su devoción casi enfermiza fue Andrés Calamaro en la primera época posterior a la separación de los Rodríguez. Con su primer disco, Alta Suciedad y más con el segundo, Honestidad Brutal, un disco doble, excesivo, nasal... Calamaro llevó su devoción a un extremo casi camaleónico, trasmutando su aspecto al de Dylan...obsesivo compulsivo, como toda la gente que se acerca a Dylan, llegó a ser telonero en una de las giras de Dylan, yo le pude ver en Zaragoza, en el Príncipe Felipe, un concierto que fue un auténtico despropósito y en el que un Calamaro absolutamente intoxida y anunciando el desmadre posterior que iba a ser el Salmón aullaba en las primeras filas, tras su actuación. Era una cuestión casi religiosa. De todos modos, de aquella época, quedan canciones tan bellas como la que hemos escuchado al principio y es que Calamaro, con todos sus desmadres y errores, es un compositor mayúsculo.


Dicen que en España costó más la evolución hacia la música pop contemporáena y adulta porque Joan Manuel Serrat nunca se colgó una guitarra eléctrica y cuando lo hizo, o lo hicieron sus músicos de acompañamiento, ya eran los ochenta y el sonido, más que canción de autor electrificada, parecía AOR de la peor calidad listo para el consumo de fans de Dire Straits (y es que al final volvemos siempre sobre lo mismo). Pero uno de los que más me ha recordado siempre a Dylan, desde un prisma más oscuro y arrebatado ha sido Xavier Baró, desde los tiempos de Primavera Negra hasta sus trabajos en solitario, sobre todo aquellos en los que ha adapta al catalán poemas de Rimbaud. El poeta simbolista francés, una de las mayores influencias de Dylan en su manera de trabajar las metáforas, sobre todo en su época más ácida... Baró lo lleva a su terreno de siempre, la canción de autor electrificada y desde aquí, un tipo, Baró, que me gustaría reivindicar.


En Literatura, hay casos muy curiosos en España, en los años noventa, con la explosión de la literatura alternativa, dos de sus exponentes básicos, Ray Loriga y Benjamín Prado se declararon fans incondicionales de Dylan...Loriga incluso se marcó una foto con su mujer, Christina Rosenvinge (por cierto, la vi el otro día en Zaragoza, se hace acompañar de un pipiolo poeta, de dos metros largos de alto, con el que hacen spoken word...fascinante, esa mujer se alimenta de la sangre de los jóvenes para permanecer bella para siempre) caminando por la calle al modo de la portada de THE FREEWHEELIN´. Loriga y Benjamín Prado, este último sobre todo ha debido llevar su demencia hasta extremos de ir siguiendo a Dylan por Europa y comprándose todos los bootlegs...todos los piratas...a ver, que sí, que todos lo hemos hecho, pero bueno... e incluyendo como referencia a Dylan. Sin resultar demasiado forzado...no como algunos escritores ahora en Aragón, de proyección nacional, que venden el recurso rockero recurriendo a Dylan como si fueran auténticos devotos y quedándose con Like a rolling stone y poco más...pero bueno, no es momento para insultar ni sacar los colores nadie. Y, sin querer incidir en la parte más rosa del discuros, aprovecho para decir bien alto aquí, en la intmidad de los dos, querido Miqui, que Nacho Vegas (digo rosa porque estamos hablando de novios de la Rosenvinge, ex.novios en realidad) ha vendido la imagen dylaniana...chico, no sé...todos queremos a Nachete, pero tanto como para hacerlo el nuevo Dylan.


Y luego está Johny Cash. ¿Johny Cash imita a Dylan? No, por favor...Dylan siempre ha querido ser como Johny Cash. Bob te dirá, no, Miqui, yo quería ser como Woody Guthrie y tener una guitarra que matara fascistas. Pero no es verdad...Dylan quería ser Elvis...Rimbaud...no...yo estoy muy seguro de que le hubiera gustado tener ese halo misterioso de el gran Cash. Le gustaba el country, le gustaba ese punto religioso sin ser mesiánico...hay unas sesiones, Nashville Sesiones, purísimas, se oye cómo crujen las sillas donde están los dos sentados cantando...


El asunto no es único en el mundo anglosajón, no, no, ni siquiera en Argentina, no...si hay un sitio en el que aparecieron imitadores de Dylan en los años sesenta con más o menos tino es en Francia. Aparte de las versiones maravillosas en francés de las chanteuses (esa versión de Marie Laforet de I Want you “D’être à vous” )..o el disco entero que hace unos años le dedicó “Vise le ciel”, Francis Cabrel, hay dos tipos que, sobre todo por su manera de cantar y por el rollo político, me recuerdan al maestro Dylan escupiendo palabras. Uno es Antoine, de carrera más corta, pero que tiene un hit absoluto, junto a su banda Los problemas, Las Elucubraciones...y otro Jacques Dutronc, muy fan, siempre...te vale para una sesión retro, para una yeyé y hasta si estás pinchando soul y bugalú te metes un tema como The Responsable y quedas como dios. Te voy a poner un tema de Dutronc, un clásico, que te levanta la noche.