viernes, 14 de octubre de 2011

Reseña de Diles que son cadáveres y Salvador Dalí y la más inquietante de las chicas yeyé (Mondadori)


El mexicano Jordi Soler ha publicado recientemente dos magníficos libros: El primero "Salvador Dalí y la más inquietante de las chicas yeyé", una serie de ensayos novelados sobre distintas personalidades que han marcado de un modo u otro el devenir cultural, político y social durante el siglo pasado. Un repertorio ecléctico, en el que tienen cabida desde el médico personal de Elvis Presley o los distintos seres vivos que marcaron la carrera espacial durante la guerra fría. Personajes relacionados con el pop, como una Janis Joplin humanizada (y en la que no falta la conocida anécdota que desembocó en la composición del "Chelsea Hotel" de Leonard Cohen), con el deporte o la Revolución Mexicana. Entre sus páginas culebrean las situaciones curiosas que se van hilando hasta crecer y desbordar al lector, entre casualidades y amor por las palabras. La intrahistoria contada a ritmo de bolero, las esquinas de las biografías que a través de anécdotas se bifurcan en una red que te atrapa. Jordi Soler dirige la lupa hacia las partes más oscuras y nos devuelve historias sorprendentes que te dejan con ganas de más. La segunda entrega de Jordi Soler es una estupenda novela, "Diles que son cadáveres". Con el colmillo afilado del que que sabe entender la parte primordial que el humor tiene en la literatura, Soler recrea una especie de insolente "Road Movie" ambientada en Dublín, en la que una serie de estrafalarios personajes, incluido el trasunto del autor, recorren la geografía irlandesa siguiendo la pista del paso del escritor Antonin Artaud por las tierras celtas. Escrita con un ritmo impecable y una ironía metaliteraria de primer nivel, vida y poesía se entremezclan a través de un cuadro delirantemente costumbrista. La narración, construida a través de retazos de la biografía y los viajes iniciáticos del poeta francés, que se entremezclan con una galería singular de situaciones y lugares en el presente, es un festín literario. Dos libros unidos por el nexo común de la media sonrisa, de un autor que amasa su universo a través de referencias conocidas que crecen a través de su técnica sobresaliente.


Reseña aparecida en el suplemento Artes y letras del Heraldo de Aragón (Jueves 13 de Octubre de 2011)

Amiguito

A veces no hay que decir mucho más, esa palabra, "amiguito", cuando me veías y el abrazo de oso con el que me transmitías toda la vida que te sobraba y que terminó faltándote hace unos días. Suficiente, sin más. Alta madrugada en Zaragoza, tu Zaragoza, la que te apasionaba a pesar de tu existencia cosmopolita, así de eras tú, Félix, capaz de leer el manuscrito de algún aspirante a poeta maldito antes del que te hubiera enviado cualquier escritor de relumbrón ansioso de tu aprobación siempre sincera. No se me ocurre una mayor muestra de generosidad, de pasión desmedida por la literatura, por la vida. Escucho a Franco Battiato y después a La Costa Brava. El primero, con su fraseo extraño me evoca muchos mediodías en restaurantes italianos, los segundos, porque la marcha de Sergio, estremecedoramente paralela en muchos aspectos a la tuya, esconde la misma miseria que ha vuelto a nosotros. Caeré en el tópico, porque en la evidencia verbalizada se esconden siempre las grandes verdades: tu marcha ha dejado un hueco tan enorme que esta ciudad, esta región, este mundo, no va a poder recuperarse en mucho tiempo. Porque cuando alguien como Félix Romeo se ha ido la grieta en el corazón del universo es tan grande que parece un abismo. Porque una vez que amaine este dolor que ya nunca se calmará el silencio de tu ausencia será aterrador y los que nos quedamos no tendremos llanto suficiente como para romperlo. Dibujaste estas calles que ahora lucen de madrugada como un laberinto de belleza particular para cada uno de nosotros. Cada vez cruce por la Plaza San Francisco, camino de casa de mis padres, y pase frente a Hermanos Vidal o al lado de la terraza donde veíamos pasar junto a Daniel a las chicas, todo deberá detenerse un instante. Porque tu presencia será perenne, definitiva, porque con cada abrazo nos transmitías algo de ti. Y las buenas semillas siempre terminan por dar fruto. Te extrañaré, amiguito, mucho.


Columna aparecida en el Heraldo de Aragón del jueves 13 de octubre de 2011

Crónica del concierto Comunidad Sonora en directo (13-10-2011)


Un magnífico concierto el que pudimos disfrutar el pasado jueves en el escenario de la Plaza del Pilar de Zaragoza. Comunidad Sonora, después de tres temporadas acercando de manera diaria la actualidad musical en Aragón -y también recordando a las grandes bandas del pasado-, por fin salía a las calles zaragozanas para ofrecer una muestra de la estupenda actividad del pop y del rock de la región. Abrieron el concierto los representantes de Teruel, Almas para el diablo. Abrir un concierto con una revisión del Heart of Gold de Neil Young ya deja muy claro cuál es la partida que estos rockeros del sur quieren jugar. Caminos arenosos y fronterizos, rock de la vieja escuela amasado con la lentitud con la que se destila el bourbon, Almas para el diablo demostraron su directo curtido y una apuesta que combina clasicismo bien entendido con mucha actitud sobre las tablas. A continuación y desde Zaragoza, una combinación perfecta: un compositor de alta gama como Cuti (que ha puesto su talento y sus teclas en miles de proyectos) y una de las mejores (si no la mejor) banda en directo de todo Aragón (Roberto Montañés y Jorge Reverendo en las guitarras, Guillermo Mata en el bajo y Fletes en la batería). Cada vez más lúcido, cada vez más Fito Páez (y eso es glorioso en esta tierra donde los grandes del rock en español son fantasmas que pululan en casas extrañas), el boogie, el rock de etiqueta negra, la telepatía instrumental, dan como resultado uno de esos conciertos jugosos para un público abierto. Como siempre, uno de los momentos claves la versión de Moris, ese clásico atemporal que es El Oso, sirvió para que coreáramos plenos de recuerdos en la cálida noche pilarista. A continuación y siempre entre las orillas del pop clásico y el indie, entre Zaragoza y Huesca, Copiloto y el Círculo de Confianza subieron al escenario para dar un recital de clásicos instantáneos acompañados por un excelente sonido que permitió que la sección rítmica de Javi Polo y Jorge Pérez sonara con la contundencia necesaria, destilando gotas de baile cuando hizo falta, mientras que Javier Almazán, guitarra o teclado, o a veces frontman mancusiano pletórico de voz, se arropara por las guitarras y las voces de Rafa Domínguez (qué clave la incorporación de Rafa al sonido de Copiloto) y Javier Tafalla. No faltaron Dotes innatas, Se lo tengo que decir, la recuperación del primer single del pasado disco, Moleskine, El modelo de watson y crick y el bis de Chicos en pie de guerra. Y para cerrar el groove más elegante de la escena aragonesa, desde Huesca, Pecker y sus canciones afinadas al tono del corazón con ganas de baile. Superados algunos problemas técnicos, los temas de Pecker, carnosos, con esa mezcla de electrónica y saliva orgánica, hicieron que el final de fiesta fuera una celebración de la vida y la noche. No faltaron Souvenir, Surfeando magnolias o Supernova, aunque los momentos cumbres fueron sin duda la adaptación de los Housemartins, renombrada como Los Cinco y el remix psicótico y funky de Encantadora Lunática.

Un concierto para enmarcar y el primero, esperamos, de muchos que organice Aragón Radio a través del programa Comunidad Sonora. Además se pudo ver entre el público y amigos que acudieron a la cita a miembros de Despierta McFly, Karamba, DeVito, Louisiana o a los escritores Pepe Melero, Antonio Romeo y Juan Luis Saldaña y las periodistas Virginia Martínez y Patricia Imaz.

El próximo año, segunda edición de Comunidad Sonora en concierto. Más y mejor