viernes, 25 de noviembre de 2011

Tiempo de buitres

¿Qué pensaban que iba a ocurrir? No hay Ley Marcial, ni se han prohibido las huelgas, ni siquiera hemos visto arder los teatros y los museos y estoy seguro de que los espectadores seguirán empujando a los ciclistas en la subida al Angliru a pesar de que Perico Delgado diga que no lo hagan una y otra vez. Setenta y dos horas después de la victoria del PP en las Elecciones Generales y el país sigue más o menos igual. Mi amigo Juan Luis Saldaña, compañero de columna en estas mismas páginas -lo de columna era un guiño a los que siguen extrañando a Durruti, hay gente para todo- volvía a dar en el clavo durante la noche electoral: "En este país sigue dando la impresión de que la gente vota a la izquierda cuando quiere fiesta y llama a las puertas de Génova si las cosas se complican". Tras el desastroso periplo de los últimos años la llegada de Mariano Rajoy a la Presidencia del Gobierno no debe convertirse en una celebración. Rajoy, que perdió dos veces frente al nocivo Zapatero -esto es importante no olvidarlo, a pesar del reventón posterior al atentado de Atocha, pero eso es material para otra columna-, no parece un estadista de primer nivel, ni un iluminado que abrirá con sus curtidas manos de ciclista el picado océano de la crisis. Pero ahora mismo parece la única opción válida que teníamos los españoles. Y así se ha votado, así que deberíamos reducir al mínimo el tiempo de los buitres -entendido por el periodo en el que los sectarios y los encastillados siguen voceando sus deseos de huir del país ante el advenimiento del nuevo fascismo- y comenzar a examinar con lupa, sin complejos pero también sin concesiones, la gestión del próximo Gobierno. La verdadera normalización política del país llegará cuando a la derecha se la juzgue por sus acciones y no por un concepto arcaico de beligerante fanatismo. Te doy unos días, Mariano, estaré atento a tus movimientos.


Columna aparecida en el Heraldo de Aragón del 24 de noviembre de 2011

martes, 22 de noviembre de 2011

Reseña de Negro en el Heraldo de Aragón

Primeras entregas de la tercera temporada de Espíritu de Margot

Estos días raros no me permiten ponerme al día con las antiguas ocupaciones. En fin, son los rigores del inverno que nos alcanzan. Nuclear o mediático, no lo sé. Solo quiero volver a ordenar mis libros y beberme una copa de vino contigo.

Aprovecho para colgar los últimos programas de la tercera temporada de Espíritu de Margot

EM S03E01: Repaso del verano

EM s03E02: Poesía beat y canciones de carretera en el pop aragonés
EM s03E03: Cogiéndole el pulso a la ciudad, especial Micky

Homenaje a Félix Romeo en Borradores




al principio aparezco hablando un poco de pop...

viernes, 18 de noviembre de 2011

El búnker

Todos los lectores habituales de esta columna saben que me corroe la angustia de un apocalipsis zombie. Los muertos vivientes abriéndose paso a través de los nichos de Torrero en busca de carne fresca. Durante años he ido preparándome para ese momento, acumulando provisiones y filtros para potabilizar el agua. Incluso indago diariamente la prensa mundial en busca de posibles avisos del brote inicial en alguna ex-república soviética perdida -nunca sabremos bien qué se esconde en esos laboratorios abandonados. Cuando uno lee la expresión "Punto de no retorno" referida a la situación económica uno empieza a pensar en la opción de ocultarse en un bunker, la verdad. Términos que parecen salidos de la chuleta de un estudiante de Macroeconomía I están en boca de todos, como si las dos tardes que necesitó nuestro presidente saliente -no utilizo el nefasto, que ya estamos cansados de tanto epíteto- no fueran realmente suficientes -y esto, por si no queda claro, está escrito en modo ironía. Pongamos las cartas sobre la mesa, la temporada de las bromas ha terminado, el Gobierno socialista ha dejado al país en una situación de quiebra técnica, en lo moral y en lo material, han arrasado con las precarias estructuras empresariales, han promovido la escalada del despilfarro, sosteniendo sus desvaríos a base de hipotecar la nación mientras aliviaban las calderas financieras con la alegría del que se siente impune. El señor Alfonso Guerra, previsible y cíclico en su papel de Pepito Grillo que acaba encarnando a Fofito, es la gota que colma el vaso. El descalabro se acerca y yo, como ciudadano, tengo que exigir a los políticos que me han gobernado estos últimos ocho años su responsabilidad. Háganlo ustedes también. Sigo con la idea del búnker. Por cierto, me quedan sitios libres, pero cada vez están más solicitados.


Crónica aparecida en el Heraldo de Aragón del jueves 17 de noviembre de 2011

viernes, 11 de noviembre de 2011

Caro Silvio

Desayuno con la caída de Silvio Berlusconi, se atraganta el café solo con hielo, porque en las entradas del presidente deben verse reflejados nuestros candidatos. De aquella Italia demócrata y cristina, la que parecía anclada en una versión postmoderna de las novelas de Don Camilo -esa complicidad latente entre la Iglesia y el comunismo "sui generis", de pálpito partisano que solo se podía encontrar allí-, la Italia del Mundial 90, de las Brigadas Rojas y los programas dominicales de Adriano Celentano, a esta, la que heredó el espíritu de Tele 5, inoculándolo por Europa como la peor enfermedad mediática de la historia. De Felice Gimondi venciendo en la montaña del Tibidabo, de Saronni y Moser trampeando en las cuestas a la explosión intoxicada de Marco Pantani. Esa Italia que ha sobrevivido en el frágil equilibrio de catolicismo, identidad nacional psicodélica y mafia comienza a resquebrajarse.

Una tierra en la que los jueces cansados pasan de héroes a corruptos, con una industria de marcas planetarias que parecen tener más nombre que estructura logística, una tierra que entregó sus llaves a un populista esperando que los problemas se solucionaran a base de injertos y seducciones amañadas. El pueblo soberano habló y hay que respetarlo, hoy ha sido el mercado y la economía, jurado binario de nuestros días, los que han provocado su caída. No hay sitio para los audaces, no hay sitio para nadie en esta Europa inventada. Buscando respuestas en las canciones de Franco Battiato, elegir la que hablaba de buscar un punto de gravedad permanente o la opción primera de convertirnos al nomadismo. Menos mal que nos queda Pavese y el "diablo" Chiapucci atacando camino de Sestrieres.

Columna aparecida en el Heraldo de Aragón del jueves 10 de noviembre de 2011

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Después de un tiempo...lo encontré


En una antigua entrada de mi blog, cuando aún se llamaba Zaragota a secas, descubría una de mis búsquedas fetiches, el "Libro de los muertos" que editó Ultramar hace un montón de años. Una antología de relatos editada por John Skipp y Craig Spector en la que distintos autores del género del terror ambientaban sus relatos en un escenario post-apocalipis zombie, con las reglas y el beneplácito de George A. Romero. Absolutamente agotado y descatalogado, unos años después, la entrada es del verano del 2007, tras buscarlo y buscarlo, lo he conseguido. Ahora mismo vuelvo de correos, con un ejemplar manoseado y marcado, como tiene que ser.

Casi me da miedo empezar a leerlo, porque después de tantos años imagino que la lectura no podrá saciar la espera, pero me he sentido como un personaje de novela, buscando en los polvorientos rincones de la red, en librerías de viejo de segunda mano. Y me he acordado de Pepe, y me he acordado mucho de Félix (aunque seguro que me hubiera echado la bronca por perder tiempo y dinero en relatos tontos de terror y tanta manía zombie...).

Tonterías de miércoles. Buscando, esperando, el analgésico de las pequeñas cosas.

lunes, 7 de noviembre de 2011

...la resaca de Negro


No estamos pasando por los mejores días de nuestra vida. Todo está oscuro, cansino, húmedo y ventoso. No tengo palabras, yo que siempre he sido un bocazas, como la canción de los Smiths, pero me afano por no incomodar y seguir el consejo de la mujer sabia: "aprieta fuerte su mano". Es lo único que tengo para ofrecer.

Buenas noticias han sido la presentación de Negro, primero en Huesca y después en Zaragoza. Un orgullo tocar y presentar por primera vez el disco en Periferias y contar con Juanjo Javierre y Antonio Romeo de invitados en directo. Y el pasado sábado en el escenario de La Ley Seca y acompañados de JJ.Gracia, EdSullivan, Alberto Guardiola, Carmen Ruiz, Aloma Rodríguez, Javi Polo, Fernando Sanz...en fin, que muy felices. Además el crítico musical Gonzalo de la Figuera ha escrito una crónica muy generosa en el Heraldo de Aragón (que podéis leer aquí) e incluso el disco está sonando fuera de Aragón, a través de Com Radio y Nando Caballero que amablemente nos ha pinchado. Escuchar aquí.

Parece que sí, que El final de los tiempos es el tema que más gusta.

Se nos va de las manos

Las cifras del paro en España llegan en la semana de ánimas, asustando bastante más que los rostros pintados y las brujas imposibles que nos asolan en este panorama zombificado de estúpida recepción anglosajona (por favor, únanse los progres antiamericanos y los españoles de toda la vida defensores de la tradición, hagan algo…) que nos ha traído Halloween. Tan extremas que parecen fruto del delirio pasivo de un gran mundo indolente, este país se arrastra y las excusas del Gobierno, amparado tras su campana de cristal insonorizada de justificaciones mundiales, resultan patéticas. El manido “es que todos están así” no puede seguir valiendo cuando existen países donde la recuperación es evidente. En Berlín, transcurrida la noche de Walpurgis, tachan fechas en el calendario antes de la debacle griega, sorprendidos por esa especie de motín heleno en forma de referéndum. Ni cobrando la entrada al Partenón a precio de película 3D con ribetes digitales se pueden superar tres décadas de despilfarro. Y en la lista vamos los españoles detrás. La socialdemocracia, el socialismo, las grandes palabras que forjaron la Europa de los ochenta, han acabado teniendo menos valor que una moneda de dos Ecus. La cultura del esfuerzo, la eliminación de la picaresca laboral mediterránea, la intolerancia social hacia los que siguen teniendo a gala su inmovilismo por el remanente del subsidio, todo eso es necesario, imprescindible. Y sí, digámoslo claro, porque la situación lo exige, también un cambio en el Gobierno, el adelgazamiento de la infraestructura autonómica y la revisión de las transferencias y la descentralización psicodélica. Porque aunque nadie diga que el plato tendrá buen sabor, la receta está muy clara.

Columna aparecida en el Heraldo de Aragón del jueves 3 de noviembre de 2011