lunes, 28 de septiembre de 2009

En plan tranquilo...


La Noche Sin Techo, tarde, lo que viene a ser ya tarde. Foto de Alberto Romanos.

Sigo trabajando en ello

Porque a veces que se acuerden de gente maravillosa es estupendo. Y que exista "La Biblia del Carajo" y se transmita el virus entre selectos nerds de Internet no está mal tampoco. Parece que lo de mi ordenador, gracias a las elegantes manos de Räro dj (que se lo digan a algunas), tiene solución. Terminando el guión para Comunidad Sonora, mañana tendremos a Luis Díez de invitado y escucharemos, entre otros, a Bigott, El Luto del Rey Cuervo (¿quién ganó el Sonda en el 98?) y Bronski. Luis Díez es un auténtico genio y un amigo. Será divertido. La columna del Heraldo esbozada, así que sólo falta puntear mis cursos on-line. Vivir sin la red es complicado, pero anda que sin computadora...
La Noche sin Techo genial. Llegamos prontico y fuimos palpando el ambiente. Volver a ver a los Insulina Morgan en directo es un lujo, pero tenerlos en el escenario cantando temas de los Sex Pistols en versión bossa todavía más. Garbanzos con congrio ("no me pongas hielo ni coca cola, que, total, me lo voy a beber de un trago") y los Dadá dándolo todo (impresionante la versión de Ray Charles y el liguero), me costaba identificar a la pareja cálida que hacía un espectáculo para niños en Huesca es un cuento. Ana Esteban regalándonos sus tickets (después de darle un huesito a Richi que le supo a gloria). Jaime Ocaña muy potente. Los preciosos poemas de Ana Lacarta punteados por las imágenes de Sergio, Ana como una musa de nouvelle vague... Larrodera disfrazado de superhéroe, la nueva aceptación de "hacer la cobra" convertida, por el vicio de la postmodernidad, en "hacer un matrix". Luis Cebrián de boda, Räro dj de boda, EdSullivan y Pai, de boda... por donde pasan los Experimentos in da notte no vuelve a crecer la hierba. Ni Princesas ni esclavas (algo más aparte de cuerpos de ensueño)... y el final hipnótico con Motel3 (delicadamente hawaianos, delicadamente lyncheanos) y Daniel Castillo a los platos (tuvo que hacerse de día para descubrir que no nos habíamos convertido en vampiros)...
y gracias a Ana y Marian
y a Jorge que me dejó su crema de dientes
y a Lorenzo que me trajo en coche
y a Richi, Ed y Luis por hacer el aguante.