Ayer estuve viendo la última exposición de Enrique Larroy en La Casa de la Mujer (Don Juan de Aragón, 2), un homenaje del artista a una serie de artistas, todas mujeres, y que estará hasta el 30 de Junio en la sala Juana Francés. No pude estar en la inauguración y arrastrado por Ana (que sabe mucho más que yo de arte), nos acercamos. Larroy en estado puro, analógico sin miedo, con esa rasmia colorista que me hace recordar a los ochenta, infinito en el laberinto, superponiendo en la sencillez geométrica...uno de esos artistas que resultan tan evocadores que duelen. Imagínate la portada de un fanzine que hable de las caras b de la banda sonora de Tron, imagínate un Spectrum al que consigues cargarle un Photoshop arcaico, imagínate un mundo frío al otro lado del espejo, euclídeo, donde la acción terrorista más arcana fuera la doblez de las líneas hasta llegar a una metamorfosis de tu retina en ojo cibernético. La silueta final, Larroy, siempre Larroy.
El texto del catálogo, por cierto, es de Elena Zapata.
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