Cuando Carlitos se despertó en el cuarto de la pensión, en plena intersección de las Cuatro Esquinas, tenía la cabeza y tres de las extremidades del menor de los hermanos Montoya constituyendo su almohada, la quinta de las extremidades —los hermanos Montoya eran una banda de tecnocumbia muy conocida en la única luna habitada de Venus y habían venido a Periferias para interpretar su particular homenaje a Luis Aguilé, cuando los organizadores les vieron llegar y comprobaron que no llevaban ningún tema de Jacko en el repertorio trataron de volverlos a meter en el transporte pero su aspecto no antropomórfico y notablemente amenazador les hizo desistir en el intento. Los Montoya terminaron participando en la segunda edición de la Fiesta del Fin del Mundo— le sobresalía por el culo y Carlitos descubrió, con agrado, que el placer que eso le producía era mayúsculo.
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