Dadá es una banda de rock. Punto. Amasada a base de la zombificación funk de la escuela ácida de George Clinton, el glam de rímel y liguero, del salvajismo purista del pantano que desvía su mirada a Chuck Berry, Little Richard o Fats Domino (evitando al Rey, por una sola vez y sin que sirva de precedente), teatro ochentero y mucha actitud. Son una de las mejores bandas en directo de Aragón, imposible de encasillar en géneros ni ramificaciones, sólo buscan hacerte pasar un buen rato, ya sea moviendo el esqueleto (si no eres un cadáver, pero si no también tienen melodías para ti, muerto viviente) o haciéndote sonreír frente a la máquina (a veces es la única defensa). Su primer EP, autoproducido, con la colaboración de César de The Dust Bowl, son cinco clásicos de sus directos, comenzando con la lubricidad del Doctor Amor, como un góspel electrificado de unos adictos al buen vivir, y siguiendo con una genial revisión del Hit The Road Jack del maestro Ray Charles, con los coros de las Dadettes insuflando esencia psicobilly, una plegaria casi ansiosa, como si Bambino hubiera tocado con los Cramps. Llegamos a la parte que me gusta, con J. del Teatro Indigesto jugando su papel demoníaco con un ritmo que nos trae a los primeros y mejores Coyotes. Baile Zombie, single y figura. Glamour recuerda en su punto narcótico a las guitarras perezosas de los Stones en los setenta (los mejores Stones, los que escapaban por la calle principal con los dedos pegajosos, tú y yo sabemos de lo que estamos hablando, ¿verdad?) y I Just Wanna Make Love to you tiene el punto de negritud suficiente como para no parecer una parodia de los Kiss si no el cierre perfecto para un disco candidato a lo mejor del año. En plástico y en directo, no se pierdan a los Dadá.
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