viernes, 8 de noviembre de 2013

Retroactivo

Uno de esos adjetivos que se utilizan siempre en el mismo entorno semántico. Uno solamente ve lo retroactivo en la Ley. Las leyes polémicas, las puertas abiertas de las cárceles: una etarra en el coche de su abogado mirando a la cámara, como un homenaje a la "Broma Asesina" de Alan Moore. Entre el Joker y Batman hay una línea muy difusa, como entre la ETA y el GAL, pero entre el Joker (el Guasón lo llaman en Latinoamérica, me encanta) y el inspector Gordon, el comisario jefe de la policía de Gotham (Ciudad Gótica, mucho más hermoso) hay un abismo. Gordon sigue las normas, las cumple, es metódico en su lucha contra el crimen, pero no rebla (que decimos en Aragón). Nadie puede echarle nada en cara al comisario Gordon, aunque a veces, cuando se queda solo, a última hora, en la comisaría, se echa a llorar. Los que han salido y los que van a salir son un símbolo. Un símbolo del bien frente al mal, de la Justicia con Jota mayúscula. Treinta años tras las rejas y tu vida , miserable, espero que dure lo suficiente para que te arrepientas. Porque entonces todavía te quedarán algunos años para darte cuenta de todo el mal que has hecho. Retroactivo no vale, es falta en ataque, es cambiar las normas del juego una vez empezado. Podemos, y debemos, analizar las posibilidades legales de los juegos malabares, pero la realidad es la que es: Estrasburgo manda porque se nos ha llenado la boca con la palabra Europa durante las dos últimas décadas. Me río de la soberanía nacional en una nación que no existe, en una nación en la que te abuchean si te declaras patriota, ¿qué vas a esperar? Esperas lo peor y aciertas, esperas que los sindicatos no se gasten el dinero de los parados en mariscadas pero lo hacen. Ciudad Gótica, a Halloween pasado todos seguimos con el maquillaje en los ojos para que no se note que los llevamos hinchados de tanto llorar. Qué duro ser progre en la noche de Todos los Santos: Decidirse por una fiesta católica o una fiesta yanqui. Se impone el Imperialismo. Yo hace años que me vendí a los USA. El otro día le pasé el PIN de mi móvil a Obama. Que no trabaje. No se tomen a broma esta columna porque hable de tebeos. Los tebeos son importantes, son como la vida: no por ser en blanco y negro tiene que ser peor.

Columna aparecida en el Heraldo de Aragón del 7 de noviembre de 2013

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