Tiene treinta y tres años y se puso a disposición del PP el día que ETA asesinó a Miguel Ángel Blanco. Ha sido concejal en distintas localidades del País Vasco, en la zona dura, donde falta el oxígeno y sobra el miedo. Once años con escolta y un comando de la banda terrorista tenía llaves de su casa. El pasado domingo las urnas le concedieron un asiento en el ayuntamiento de Elorrio, gobernado por ANV durante la última legislatura. Ha dicho que pactará con el PNV para que Bildu no se haga con la alcaldía. Lo único que pide es que se retiren las subvenciones a los presos de la hoz y la serpiente. Un caso, cientos más si buceamos en las compleja política municipal de Euskadi, miembros de partidos constitucionalistas, socialistas, peperos (y ahora de UpyD), mirando a los ojos a la bestia del terror y apretando los dientes. No creo que ganen mucho dinero, ni que piensen en la pensión vitalicia o que acumulen prebendas para su propio beneficio. Como tampoco lo hacen muchos alcaldes y concejales que se han presentado en sus pueblos con la única voluntad de que las cosas mejoren, dispuestos a entregar muchas horas de esfuerzo, de ilusión, a quitarle tiempo a sus trabajos y familias. No hace falta irse al norte de España, también están aquí, en Aragón: localidades pequeñas, arrasadas por la desmembración rural, supervivientes de la voracidad de las capitales, consistorios llenos de personas voluntariosas que únicamente buscan el bien común de los lugares que los vieron nacer, donde han crecido, su tierra. No seré yo quien cante loas por la clase política en este país, ni que me congratule por el varapalo socialista o el ascenso meteórico del Partido Popular, pero está claro que, en estos tiempos de demonización de todo aquello que supone el actual sistema electoral, tampoco estaría de más reconocer la labor de hombres y mujeres, políticos de todos los colores, que piensan esforzarse y dar lo mejor de sí mismos durante los próximos cuatro años.
Columna aparecida en el Heraldo de Aragón de viernes 27 de Mayo de 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario