En su nueva novela, “El cuarto círculo del infierno” editada por Onagro Ediciones, María Frisa se atreve con dos géneros aparentemente distantes, el policíaco y el histórico, para construir sendas tramas paralelas que confluyen en un final redondo: la investigación de una serie de asesinatos rituales en una ciudad brumosa donde se distinguen los rasgos de Zaragoza y la historia de Francesco, primo de Gian Lorenzo Bernini en la Roma magnífica de Urbano VIII. Sectas gnósticas y evangelios apócrifos se mezclan con descripciones de una época exquisita, la Italia del siglo XVII, un telón de fondo apasionante; mientras, en la actualidad, policías agotados recorren unas calles que mutan continuamente, personas que buscan su lugar en el mundo, enmarañados en un red de presiones políticas y oscuras intenciones. Una novela de las que enganchan desde que la abres, jugando con elementos extraídos de las historias de detectives “pulp”, el contraste entre las parejas protagonistas, el regusto clásico de la novela negra pero también la historia silenciosa que se oculta tras los complejas redes de influencias y discusiones heréticas sobre las que se construyeron los cimientos de lo que conocemos ahora como Iglesia Católica. Todo ello trufado de personajes cincelados con mucho gusto, poliédricos pero identificables y con descripciones de la arquitectura, del arte y sus métodos, muy bien documentadas y con un punto divulgativo que hace de “El cuarto círculo del infierno” una novela todoterreno para un público de amplio espectro. María Frisa es una escritora de oficio, sensible y amena, que se atreve a construir una historia sugerente, llena de recovecos, adictiva en sus formas y en su trama. Una novela, en definitiva, que te arrastra desde la primera página en un viaje apasionante y que no puedes dejar de leer.
Reseña aparecida en el suplemento Artes&Letras del Heraldo de Aragón (Jueves 31 de Marzo de 2011)
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