El sagrado Vip´s de los libros rebajados, suministrador de los mejores alcaloides para las noches veraniegas a precio de saldo... dos títulos, dos "pulps" postmodernos, mastodónticos y adictivos. En dos días, sin parar, primero La danza del cementerio de Preston/Child, con el genial Pendergast recorriendo un Manhattan muy distinto a las imágenes bucólicas de centro anónimo del mundo que todos tenemos, con esos retazos de sobrenatural e historia alternativa que lo impregnan todo. Yo creo que he visto The Relic, pero tendré que comprobarlo. Me gustan las listas de libros inventados, no todo va a ser Necronomicones....me gusta que la historia que conocemos se estire, como diría Lovecraft, en geometrías no euclídeas. Algo parecido me ha pasado con el excesivo Juan Ramón Biedma. El juego de los espejos, las almas estiradas, la incontinencia de las pasiones, de las bajas pasiones. He leído El espejo del monstruo y su Sevilla oscura, agotadora, me ha dejado sin dormir, inquieto. No quiero meterme en camisas de once varas pero me ha recordado un poco a Javier Calvo y su Barcelona sórdida de Corona de flores. Salvando las distancias, las urbes españolas como lugar de paso de los vagabundos del Dharma, mestizos de Chandler y Lynch, sin miedo a incorporar elementos de nuestra tradiciones a imaginarios de lo oscuro y el misterio resultan estimulantes para seguir pensando como maquillar, de una puñetera vez, esta Zaragoza cándida de Fuentes de la Junquera, tranvías inútiles y silencios sofocantes. Seguimos, seguimos...
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