El esperpento

El español medio se encuentra desconcertado: ¿es cierto que Falange ha llevado al juez Garzón a los tribunales? ¿Será Blas Piñar el penúltimo zombi de la era postal? Es complicado entresacar información pura entre la maraña de tendenciosos titulares mediáticos. Garzón, endiosado tras sus éxitos, omite de manera intencionada la amnistía del 75. Garzón, el independiente baldío que salió rebotado del PSOE —Felipe aún le debe un Ministerio del Interior— y no soporta a la derecha, está temblando. Una pena, muchacho, creímos en ti, Sabina sigue de tu lado, eso es casi como tener a Dylan cantando frente al huracán. ¿Es cierto que dijiste que lo de Paracuellos había prescrito? ¿Y qué hay de los cenetistas muertos a manos del enviado soviético mientras Barcelona estaba a punto de rendirse? Estoy tan cansado de los "pero-tú-más" que claudico. Leo que el nieto de Franco, intoxicado tras una noche de juerga, empuña las armas de nuevo. ¿Es un ruido de sables el que escucho o sólo la aglomeración de aficionados al satanismo y las sagas vampíricas en las redes sociales? El fútbol acallaba las conciencias, como el opiáceo más utilizado después del orfidal, hasta que un populista cometió el error de obviar toda una tradición de afanosos charnegos amantes del Barcelona. Ya no hay manera de discernir patria, facebook y programas del corazón. Triunvirato sustitutorio en una España agrietada que se desangra, pero que, en un último ramalazo de casta, transfiere algo de efectivo para la cinta aislante del Partenón. Cuando Azaña cruzó la frontera, agotado y cubierto del barro de la derrota, los últimos soldados republicanos gritaron ¡Viva España! mientras el presidente trataba de contener las lágrimas. Un viva parecido, hoy los condenaría a las filas del fascismo. Harto de esta España de Garzones y Gürteles, de Montillas y Laportas, de Borbones, de asimetría y desdén, me veo cada día más cerca de entregarme a los nada exigentes brazos del esperpento.

Columna aparecida en el Heraldo de Aragón de 15 de Abril 2010