Un fragmento del cuento CT: Me vuelvo a perder a través de la jornada imposible y repetida de la habitación en la pensión de CT. CT nos da los becerros y espera que los sacrifiquemos en vez de esconderlos en las habitaciones, dentro de los armarios o bajo los camastros. Había sido un viaje muy largo, desde La Gota hasta CT, de road mánager de los Hermanos Montoya, en realidad de drug mánager de los Hermanos Montoya. Yo tenía una buena provisión de ursulum, la mejor droga diseñada en la Tierra desde los tiempos de la neococaína y los Hermanos Montoya, una de las bandas de tecnocumbia más conocidas de la única luna habitada de Venus eran unos auténticos adictos. Habían llegado a CT para participar en la segunda edición del festival Fin del Mundo con su particular homenaje a Luis Aguilé, pero cuando los organizadores comprobaron que no llevaban ningún tema de Michael Jackson en el repertorio —en eso eran muy estrictos en CT, se podrían repetir los festivales mientras el Apocalipsis cósmico no llegara, pero nada de saltarse las normas respecto a los homenajeados— los volvieron a meter en el transporte, sin que su aspecto no antropomórfico y bastante amenazador lo impidiera. Yo me quedé en CT, esperándote, claro.
Este cuento, ilustrado por Santi Jurado (la imagen que lo acompaña) será mi aportación al número 9 (segunda época) de Vinalia Trippers.
Este cuento, ilustrado por Santi Jurado (la imagen que lo acompaña) será mi aportación al número 9 (segunda época) de Vinalia Trippers.
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