Boxeador zaragozano nacido el 19 de Octubre de 1952. En la actualidad-no hace falta que hagan la cuenta- tiene 56 años y es fácil encontrarle en sus lugares habituales, el Marpy, el Rogelios, donde uno puede saludarle y el campeón, inmensamente atento si se le trata con educación, conversará con él. Crecido en un hospicio al lado de la plaza de toros a comienzos de los setenta empieza a entrenar en el Boxing Club de Miranda, donde rápidamente y viendo su potencial, pasa de amateur a profesional en muy poco tiempo.
Perico Fernández, zaragozano, aragonés, es uno de los tres españoles que ha conseguido el título mundial. Además Perico Fernández lo consigue allende de nuestras fronteras. En 1974 Perico vence a Lion Furuyama tras quince asaltos y decisión técnica, en Roma. En veladas míticas, de madrugada, mucha gente os podrá contar dónde estaba el 15 de Julio de 1975, con temperaturas que superaban los 45ºC, la humedad asfixiante que cubría el cuadrilátero en Bangkok, el día que Perico Fernández perdió su título mundial frente a Saensak Muangsurín, un animal que antes de dedicarse al boxeo había disputado doscientos combates de lucha tailandesa-ríanse de Urtain y sus decadentes apariciones en las arenas españolas del catch-. En el octavo asalto el campeón aragonés, impotente, se levanta en su esquina y abandona. La puta calor.
Perico Fernández, a pesar de no gustarle demasiado entrenar, era un talento natural para el boxeo. Si hablas con personas que no sean excesivamente aficionados al boxeo casi todos recuerdan que “no sabes las hostias que daba”. Supongo que eso es bastante significativo. Además del campeonato del mundo se hace con el cetro europeo en 1974 (superligero) y 1976 (ligero).
Perico Fernández grabó un single: Fuera de combate/No puedo vivir sin ti. Casi un ritmo de revival psicobilly, con un órgano hammond en primera línea y una lírica de realismo sucio. Yo lo pincho habitualmente. A Perico, que tocaba el piano de oído y del que existen fotografías empuñando una guitarra eléctrica al frente de una banda de rock, le encantaba Adriano Celentano. Y eso son palabras mayores. Su relación con la música no termina allí, Perico Fernández aparece interpretando al entrenador que jalea a Enrique Bunbury en la sesión fotográfica que decora el interior del LP Flamingos (EMI, 2002). El calzón que lleva Bunbury es el de Benito Escriche, promotor de boxeo, toreo aficionado y padre adoptivo de Perico. Además, durante la gira del Freak Show de Bunbury, el hijo de Escriche se dedicaba a organizar combates de lucha libre mexicana en los aledaños del escenario como parte del espectáculo que acompañaba aquella memorable gira.
Mi profesora de inglés nos daba clase en uno de esos bajos acondicionados para oficinas, compartido con un estudio de arquitectura o diseño-nunca me quedó muy claro, la verdad-; un día que llegué a la clase nocturna un poco antes me quedé esperando en una de las habitaciones. Había un cuadro colgado, lleno de colores, una instantánea urbana, con tono del XIX... me acerco un poco-uno está muy aburrido- y de pronto veo que está firmado por Perico Fernández. Unos años más tarde el escritor Ismael Grasa-que me prestó amablemente sus dos tomos de La Vida en un puño antes de que Félix Romeo lo encontrara en un mercadillo usando sus superpoderes para la detección de libros de saldo entre las montañas apiladas- me contó que Perico, además de sus propias creaciones, tenía una habilidad especial para las imitaciones de grandes obras de arte y que era fácil encontrar alguna de sus obras en el Rastro zaragozano. Recupero unas declaraciones de José Luis Martín Berrocal (millonario, mecenas y durante unos años dueño del Logroñés CF) aparecidas en el número 9 de Confesiones de Margot-digo aparecidas aunque las debimos copiar de algún sitio, claro-: “Le acabo de comprar ocho cuadros a Perico Fernández. Para lo que le han enseñado pinta superior. El problema de Perico es que se cree que a Zaragoza lo conocen por él. Luchamos para colocarlo de portero en el Ayuntamiento de Zaragoza, pero cuando se entrevistó con el jefe de personal, le dijo: Hijo de Puta, si quieres un portero, ficha a Zubizarreta”.
Hay varias leyendas urbanas que he ido escuchando, atesorando y contando durante estos años sobre Perico Fernández: posiblemente la primera me la contó Rafael Milián la primera vez que viajé a París y en vez de visitar la ciudad nos quedábamos hasta tarde bebiendo bourbon y escuchando historias: Perico aparece en un plató de televisión y antes de comenzar la entrevista le pide un momento al periodista: “...que quiero, que a mi amigo Félix se le ha muerto su padre...y quisiera aprovechar que estoy en televisión para decirle...pues eso, ENHORABUENA... silencio sepulcral en el estudio, es difícil definir el rostro del espectador. Perico, quizá sospechando que algo no es demasiado correcto, apostilla...bueno, enhorabuena o...lo que se venga a decir en estos casos”. Juan Bueso, abogado zaragozano residente en Dublín: “...calle Francisco de Vitoria, noche de sábado, primera mitad de los años noventa, un coche trata de avanzar entre la gente apostada en la calle, un adolescente, quizá con la euforia del alcohol y malhumorado por la insistencia del vehículo por pasar, golpea el capó. Inmediatamente del interior surge la figura de Perico Fernández que al grito de “Hostias, que quiero venderlo y abollado no lo va a querer nadie” –hay una versión alternativa de esta leyenda en la que la frase era: “Hostias, que quiero vendérselo a las MONJAS y abollado no lo va a querer nadie” pero no está comprobado- trata de agredirle. Es detenido por el resto de los ocupantes del vehículo, que lo tranquilizan. El adolescente no vuelve nunca a golpear los coches ajenos, se recicla, abandonando los malos hábitos y se convierte en un hombre de provecho.” Víctor Sebastián, Ingeniero Químico: De nuevo en el marco de un programa de la televisión regional, sección TVE, Perico trata de explicar cuál es su ocupación actual, su carrera como pintor, el presentador trata de saber algo más, las preguntas parecen molestar al púgil, que da por terminada la entrevista con la frase “Que no te entiendo, que no me hagas preguntas tan raras”. Rafa Milián de nuevo: “Estábamos en el colegio, en los Corazonistas, al lado de Plaza de los Sitios, y de vez en cuando venía Escriche con Perico Fernández, no sé muy bien a qué, lo pediría la dirección, para que los chicos viéramos al campeón. Total, que un día llega Perico y todos nos arremolinamos alrededor, le saludamos, Perico es muy amable con todos nosotros...uno le acerca un balón de fútbol y le dice: Perico dale una patada. Perico golpea el balón con tanta fuerza que lo cuelga en el techo de uno de los edificios del colegio. Todos nos quedamos con la boca abierta. Nos habíamos quedado sin pelota para jugar. Perico se encoge de hombros y nos dice: No habérmelo pedido.” También se cuenta que Perico Fernández fue el primer hombre que se divorció en Aragón y que conducía sin carnet su coche Paseo Independencia arriba, Paseo Independencia abajo para que la gente lo saludara desde su descapotable, hasta que la policía le tuvo que pedir amablemente que lo hiciera. No podía conducir sin carnet, aunque fuera campeón del mundo. Otra leyenda urbana dice que Perico Fernández le ponía a sus hijos el mismo nombre, con las complicaciones que eso suponía para las relaciones familiares o que existe un cortometraje protagonizado por Jorge Sanz-en el papel de Perico-del que no se sabe título ni fecha pero del que es fácil encontrar testimonios de gente que asegura haberlo visto.
Perico Fernández se retira con 33 años-la edad de Cristo-después de pelear durante sus últimos años una serie de combates con jóvenes aspirantes que sólo deseaban tener una victoria en su palmarés frente a un campeón del mundo. Durante muchos años entrenó en la ciudad deportiva con el Real Zaragoza, coincidiendo en muchos casos con la generación mágica de los Zaraguayos-que también tendrán su entrada en este diccionario, por supuesto-. Una nota de prensa extraída de un periódico vizcaíno de uno de estos últimos combates del campeón: “El popular boxeador Perico Fernández protagonizó en Julio un escándalo en Bilbao. Ante 4000 personas, Fernández y Liria dejaron pasar el combate con pasividad mientras el público les abroncaba y el árbitro les amonestaba por su falta de combatividad. En el octavo asalto, el árbitro Gomendiourrutia acaba descalificando a ambos boxeadores, momento en que el ex campeón español golpea al árbitro. El colegiado sufriría una conmoción cerebral, mientras Perico Fernández conseguía escapar de las iras del público al ser detenido por la policía nacional. "
Perico Fernández es protagonista también de la segunda parte de la trilogía poética escrita a cuatro manos con Juan Luis Saldaña. Si la primera se llamó Manual de Poesía para Zombies (segundo premio del IAJ del 2008 y publicado en un libro colectivo) y estaba dedicada a Ángel Guinda, Perico Fernández que estás en los cielos permanece inédito a la espera de ser premiado en algún concurso local. La tercera parte, todavía en proceso de creación-no sé si resulta demasiado ampuloso llamarlo así- tendrá a Kevin Magee como icono. Manténgase a la escucha.
Un icono de la Zaragoza-y de España, también- de los setenta. Un campeón siempre en el filo, entre la decadencia y la supervivencia con dignidad. La ilusión, la vida en un puño-así se llama la biografía escrita por José Antonio Ciria y Mariano Gistaín para los Libros del Día en el año 87, imposible de encontrar a menos que cuentes como ya he dicho con superpoderes o estés dispuesto a desembolsar una buenas perras en Internet en el Ebay-. Kid Tano, Joao Henrique, Tony Ortiz... nombres que se vieron desbordados por la pegada de Perico. El aguante argentino llevado a la capital del Ebro. Sobre todo, y pase lo que pase, nunca lo olviden, Perico Fernández fue Campeón del Mundo. Campeón del Mundo. Y si quieren un portero, fichen a Zubizarreta (o, como dice Perico en su última entrevista en el Heraldo de Aragón, si no quieres a Zubizarreta, llamas a Arconada).
qué demasiao!
ResponderEliminar+1!!!!!!!!!!
ResponderEliminarBravo y bravo.
ResponderEliminarY el Perico de la tele en el programa de Pedro Ruíz. Lo recuerdo mientras fregaba el suelo de la sala de oficiales en el CIR, era verano. Pero es un recuerdo muy vago, como todo aquel año.
Mi padre me levantaba para ver los combates de boxeo, o al menos lo hizo una vez, no estoy seguro de que fuera Perico, yo siempre digo que era un combate de Urtain, ves lo estúpido que soy... ahora ya no puedo preguntarle.
Una entrada excepcioanal compañero.
Salu2 Córneos.
Era Perico...no eres el primero que me cuenta que su padre le despertó para ver a Perico un día de madrugada... abrazos
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