Domingo por la mañana. Con el ventilador apagado, dejando que la luz del sol caliente la vida. Poniendo coladas, limpiando los baños, cursos a distancia, sopesando las distintas posibilidades para la columna. Sin resaca, me gustan los domingo sin resaca, oigo el centrifugado, pronto tocará tender. Preparando los días de septiembre. Mañana empezamos las clases de conducir otra vez. Algún día seré un hombre completo. Estos días me faltan demasiadas partes. El menú del día no me convence. Tengo ideas para unos cuentos. Sin comienzo ni final, algo parecido a los libros de la sangre, al Día de los Trífidos, Marta y los escaparates en huida mestiza con La Mujer Portuguesa.
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